Viajes a donde viajes, a cualquier rincón del mundo, te puedes encontrar una camiseta del Barcelona. Desde el poblado más recóndito de África a la última isla de la Micronesia, pasando por una aldea de Pontevedra o un rincón de Chile. La marca del más que un club es internacional. Por eso un niño de Colombia como el Cucho u otro de Argentina como Musto siempre han soñado con pisar el Nou Camp. Ese anhelo de 23 futbolistas, esos que nunca dejan de reblar, hoy se hará realidad. Muy pocos de ellos saben de esa experiencia de jugar en uno de los lugares que todo buen aficionado conoce. Pero miles y miles de oscenses, desplazados hasta Barcelona o desde su casa por la televisión vivirán hoy otro de esos momentos históricos de una temporada de leyenda.

La SD Huesca no se jugará la vida esta tarde (18.30) en Barcelona. Pase lo que pase tomará la A2 desvelado en su sueño de Primera. Visitar el Nou Camp es uno de los mayores regalos escondidos en la caja del ascenso. Esa fecha que todos y todas los oscenses se apresuraron a mirar el día que salió el calendario y quizá pensaron que es un reto imposible. Pero no lo es. Porque ya llega el primer duelo con uno de los dos clásicos de Primera. El tú a tú con un referente planetario, el partido ante el mejor jugador del mundo, Messi y circundados por una grada de 100.000 aficionados.

El Barça se presenta como una utopía real, con sus cinco Copas de Europa, sus 25 Ligas y sus 30 Copas del Rey deslumbrando, como un pellizco de luz para la SD Huesca, para darse cuenta que esto no es un delirio. Si ganar en Eibar fue una pirueta mortal y el empate con remontada en San Mamés era el triple tirabuzón, rascar un punto ante el Barcelona qué sería. El fulgurante debut en Primera de la SD Huesca, recuerden, sexto clasificado con cuatro puntos, le quita cualquier prisa a un duelo donde si alguien quiere hacerse multimillonario debe ir a apostar por los altoaragoneses ya. Nadie confiará en ello. Pero esto es fútbol. Sencillamente. Y esa falta de confianza ajena, que no propia, puede ser el peor veneno o el arma más afilada para los jugadores de la SD Huesca. La falta de previsiones positivas y de necesidades debería quitarle los miedos y el complejo a los jugadores de Leo Franco. Saltar a la cancha con todo por vencer.

La semana por Huesca ha venido relajada con la única llegada de portero Jovanovic, hoy descartado para el partido. El Athletic no permitió el traspaso de Mikel Rico frustrando la otra operación a la que se esperó hasta el cierre del mercado. Tampoco ha llegado ningún delantero, quedándose la nómina en tres: Cucho Hernández, Longo y Chimy Ávila.

La millonaria audiencia de San Mamés, las palabras de Petón en la ESPN ofreciendo al equipo para jugar en Estados Unidos y el contacto con Osasuna para hacerlo en El Sadar si El Alcoraz no se encuentra disponible ante el Rayo (14 de septiembre) son el resto de informaciones que han completado la agenda del SD Huesca. Todas las declaraciones restantes apuntan a la realidad de la desigualdad con el Barcelona y a la ilusión de la plantilla oscense.

Los posibles cambios en la alineación no han llenado muchos mensajes. Leo Franco dejó caer que podría alterar el once que tan buen rendimiento sacó en el doble paso por Euskadi. El acierto con los cambios en San Mamés y la necesidad de rodaje de algunos jugadores, sobre todo los nuevos fichajes como Gurler y Semedo, podría propiciar alguna alteración en un partido, sobre el papel, propicio para rotaciones y cargar minutos.

El Barcelona sigue siendo una constelación de estrellas cuyo objetivo es lograr todos los títulos. Ya adquirió la Supercopa de España (1-2 al Sevilla) y tiene entre ceja y ceja resarcirse en la Liga de Campeones y repetir el doblete en Liga y Copa. Las incorporaciones de Lenglet, Vidal, Arthur y Malcom apuntalan el proyecto ya sin Iniesta en su exigencia de lograrlo todo. Y eso supone ganar también al Huesca. ¿Se lo creen? Porque no es un sueño.