Ahora sí que sí. No hay más alternativas. No hay otros caminos. No hay segundas opciones. No hay puertas traseras. Ni atajos, ni margen de error. No hay tiempo. No hay nada más que una victoria. La que tiene que obtener esta tarde (18.30, BeIN LaLiga) el Huesca en la costa del Mediterráneo, en Villarreal. Sumar esos tres puntos son la única cláusula a cumplir para no quemar ese contrato que firmó el equipo una noche de mayo en Lugo. Ese que le unía con Primera y la historia. Otro resultado, quizá no matemáticamente, pero sí anímicamente, haría que esta aventura onírica y golosa ponga a su fin.

El triunfo rotundo del Día de San Jorge en El Alcoraz ha abierto esta ventana. Ganar al Eibar (2-0) y hacerlo con tanta solvencia, con dos golazos, ha supuesto la compra de una bombona de oxígeno, de ganarse una última oportunidad, jugar otra final de finales. Ha dado vida cuando las constantes eran casi imperceptibles tras tres empates en cadena que había alejado la meta. «No hay margen de error, pero seguimos creyendo», proclamó Francisco Rodríguez.

No acompañaron los resultados de los rivales directos, con victorias de Valladolid (aunque aye perdió), Levante y el propio Villarreal (0-1 en San Sebastián), y la cuesta sigue empinada, ahora a seis puntos, a dos partidos restando cuatro jornadas. Por eso las matemáticas ponen contra la espada y la pared al grupo de Francisco en su visita a la Cerámica. No superar al Villarreal sería como firmar una sentencia de muerte. Ganar supondría reforzar las aún limitadas opciones de permanencia, meter en un lío a un rival que ya se pensaba con sus pies en tierra de paz y afrontar estas tres semanas con el alma viva. Además, que no es moco de pavo, se le robaría el golaverage decisivo en caso de empate en la clasificación definitiva, ya ganado al Girona y al Valladolid.

LA AFICIÓN

No estará solo el Huesca en su hazaña. Nunca lo ha estado. Más de mil aficionados enfilarán ese camino que siempre ha anhelado Aragón, esa salida al mar que no concedió Jaime I. Cruzando el Maestrazgo, rumbo a ese horizonte azul, de esperanza, partirá la expedición de irreductibles que ya estuvo en el Camp Nou, en el Wanda, en Mendizorroza, en el Bernabéu, donde sea. En día de elecciones, su voto tendrá color azulgrana. La compañía mayoritaria no solo supondría un impulso anímico para el grupo, sino una reafirmación de que el sentimiento oscense es el verdadero triunfo de este año.

Francisco ha preparado con poco tiempo un partido vital, pero consolidado por el resultado y la buena onda que se transmitió ante el Eibar. No se espera que se repita la alineación con doble pivote, dado que Damián Musto arrastra molestias y es duda, aunque ha entrado en la convocatoria. El retorno de una línea de tres medios sería lo más lógico, dejando a tres puntas delante, con Enric como referente y con Chimy Ávila, en racha goleadora y de liderato, como el otro fijo. David Ferreiro y Cucho Hernández, en la semana que ha confirmado en Colombia que no seguirá en Huesca, algo que tampoco debería sorprender, pero que es inoportuno, se rifan el otro puesto.

El regreso de Pulido al centro de la zaga para acompañar al capitán Etxeita es la buena noticia. También estará Javi Galán, confirmado por Francisco en la última rueda de prensa, tras superar los problemas físicos. Recuerden que hace tres fechas que no bate nadie a Roberto Santamaría.

Para el Villarreal también es una final. Acaricia la permanencia tras estar casi todo el año en puestos de descenso. El regreso de Javi Calleja, entrenador que fue cesado en diciembre y de nuevo contratado en febrero, con sólo cincuenta días en la cola del INAEM, ha hecho que el submarino amarillo haya adquirido en las últimas jornadas el ritmo competitivo que se esperaba de una plantilla de campanillas.

El triunfo sobre la bocina en el estadio de Anoeta, con un gol de Gerard en el minuto 85, es el tercero en una racha que les ha sacado del peligro. La duda de Bacca y la baja por sanción de Vicente Iborra son dos importantes contratiempos para los castellonenses, que lograron un empate en la primera vuelta en El Alcoraz (2-2). La buena forma y la creatividad de Gerard (6 goles), Santi Cazorla o Ekambi (9 goles) son el gran peligro que debe afrontar el Huesca para seguir vivo.