Aragón afronta este 2020 una campaña de la fruta marcada por la alerta sanitaria del coronavirus que, entre otras cosas, va a impedir a muchos trabajadores del campo extranjeros desplazarse desde sus países de origen hasta la comunidad autónoma para la recogida. Con el fin de evitar problemas derivados de la falta de mano de obra, el sector agroalimentario busca ya soluciones para facilitar la incorporación de los llamados temporeros a la recogida de los frutos. Se estima que el pico de la contratación se dé entre el 15 de junio y el 15 de julio, cuando se necesitarán alrededor de 15.000 trabajadores. Según Adolfo Aragüés, director de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, una parte de esa mano de obra es local pero la perspectiva es que surjan problemas por la cantidad importante de trabajadores que procede de otros países, fundamentalmente de África Subsahariana y de Europa del Este, y sobre los que «hay muchas dudas de que puedan venir».

Las organizaciones agrarias han puesto en marcha sus propias bolsas de empleo para poder cubrir la demanda con trabajadores locales, personas en situación de desempleo o extranjeros con permiso de trabajo. Cooperativas Agroalimentarias de Aragón mantiene abierta una bolsa que cuenta ya con 1.400 inscritos para una demanda de entre 5.500 y 6.000 trabajadores. Por su parte, el Inaem está gestionando las ofertas de empleo que le hacen llegar los empresarios a través del procedimiento habitual y derivando a los candidatos que cumplen con el perfil.

Según el director de la federación de cooperativas, la falta de trabajadores agrarios no se ha dejado notar en las labores del campo de momento. Actualmente se está llevando a cabo la campaña de recogida de la cereza con pocas afecciones, dado que las lluvias caídas durante el mes de abril han mermado la producción. «La campaña va a ser corta, y eso va a facilitar que la demanda se pueda cubrir con trabajadores de la zona», detalla Aragüés.

El «golpe fuerte», dice, llegará a partir de junio cuando entren en escena otras producciones de fruta de hueso: melocotón, nectarina o albaricoque, que «precisan de más mano de obra». Además, también se han detectado problemas en otras labores agrarias, como el podado de viñas o el esquilado de ovino, para las que también se está trabajando en la búsqueda de soluciones.

Acceso al campo

A los esfuerzos del sector por cubrir la demanda de empleo durante la campaña de fruta que se va a desarrollar en los próximos meses, se suman las diversas iniciativas impulsadas por el Gobierno de Aragón para facilitar e incentivar el acceso de los trabajadores aragoneses al campo.

De este modo, las medidas de flexibilización en la contratación de trabajadores agrarios establecidas por el Ministerio de Agricultura en real decreto se extienden en Aragón al conjunto de la comunidad, con independencia del municipio de residencia habitual o temporal del trabajador y de donde se ubica el lugar de trabajo.

Entre estas medidas de flexibilización de la contratación se incluye la compatibilidad de la prestación por desempleo y otras prestaciones de carácter social o laboral, así como la posibilidad de que se acojan las personas migrantes cuyos permisos de trabajo concluyan entre la declaración del estado de alarma y el 30 de junio del 2020.

Asimismo, el Gobierno de Aragón va a habilitar un servicio de transporte extraordinario para que los trabajadores puedan ir y volver en el día desde su domicilio a las explotaciones frutícolas. Este servicio se ofrece preferentemente a las Organizaciones de Productores de Fruta y Hortaliza (OPFH) y sus socios, dado que son los que más oferta de empleo concentran.

El servicio está destinado a trabajadores contratados para la recolección o aclareo de frutas y hortalizas, que residan en municipios de más de 5.000 habitantes situados a más de 50 kilómetros de distancia de la explotación frutícola donde haya de realizarse el trabajo, y que mantengan durante el periodo de contratación su residencia en su domicilio habitual. La intención es evitar que tengan que ser alojados en el entorno de la explotación y reducir así los riesgos sanitarios.

Con este mismo objetivo, el Ejecutivo autonómico inició a mediados de abril el suministro de Equipos de Protección Individual (EPIs) a las empresas del sector agroalimentario con la distribución de 50.000 mascarillas a través de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón y la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA).