Calanda guarda silencio después de 24 horas de estruendo ininterrumpido. El Bajo Aragón ha vivido una de las jornadas más intensas de la Semana Santa desde que se rompiera la hora. El silencio en los momentos previos es tal que se escucha hasta el sonido de la manecilla de los minuteros hasta que el reloj de la plaza da la hora señalada para comenzar a tocar los bombos y tambores sin descanso, tras el toque de corneta.

Este año, la actriz Luisa Gavasa y la directora Paula Ortíz fueron las encargadas de iniciar este momento en Calanda dando el primer toque al gran bombo que se coloca en el centro de la plaza y que da salida al sonar de cientos de bombos y tambores que llenan la localidad donde, durante 24 horas, solo se oye su sonido.

Calanda forma parte de la Ruta del Tambor y el Bombo, junto a Albalate, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, y Urrea de Gaén. La rompida es considerada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde el 2014.

Se trata de una tradición que pasa de padres a hijos y que enamora a todos aquellos que se acercan hasta uno de estos municipios para disfrutar de este momento tan especial en el que seque conmemora el fallecimiento de Jesucristo.

De las nueve localidades que forman la Ruta del Tambor y el Bombo, solo Calanda rompe la hora durante el día, mientras que el resto lo hace a las 12 de la noche. El único municipio que no lo hace es Alcañiz.

Ayer, y tras 65 horas continuadas, las localidades del Bajo Aragón dejaron de tocar y no será hasta hoy cuando devuelvan a la provincia turolense el ruido de sus bombos y tambores en recuerdo de la resurrección de Cristo.