La Virgen del Pilar lució ayer el manto más antiguo de las cofradías zaragozanas, el ofrecido por La Esclavitud de Jesús Nazareno y conversión de Santa María Magdalena. Se hizo con la intención de llevárselo a los esclavos que estaban enfermos de gravedad, un símbolo y una práctica muy extendida en Zaragoza para ponerse bajo la protección de la Virgen. Cada año, lo luce el Lunes Santo. Por la tarde la cofradía presentó a los niños de la misma.