En tiempos que parecen casi remotos, los de antes de la crisis, España se convirtió en uno de los países líderes en ayuda humanitaria. Ahora ostenta el dudoso honor de ser la séptima por la cola a nivel mundial entre los países cooperantes, junto a estados como Corea del Sur, Eslovenia y Polonia. La media de los fondos destinados a la cooperación por países europeos asciende al 0,41% del PIB y se ha mantenido estable en la mayoría pese a la crisis. El Reino Unido, por ejemplo, incluso ha alcanzado el simbólico 0,7% este año. Sin embargo, en España, el presupuesto se ha desplomado, del 0,46% en el 2009 al 0,16% en el 2013. En otros términos: de cada 100 euros, el Gobierno destina ahora solo 16 céntimos a ayuda humanitaria. Los Presupuestos para el 2014 ahondan todavía más en el recorte y se destinan a cooperación 234 millones menos que el año pasado, lo que las oenegés consideran un golpe mortal a la cooperación. En Aragón la situación es similar. La Federación Aragonesa de Solidaridad, que agrupa a las principales oenegés, denuncia que la ayuda del Gobierno de Aragón supone un raquítico 0,05% de los presupuestos. Únicamente la Diputación Provincial de Zaragoza y los ayuntamientos de Teruel y Zaragoza superan el 0,3%.