Turismo y devoción. Fe y arte. En España hay una larga veintena de celebraciones de Semana Santa consideradas de interés turístico internacional. Capirotes, pasión y sentimiento desfilan por las calles de toda España, mientras los muertos en danza regresan a Verges y en Teruel retumban atronadoramente los tambores. Aquí ofrecemos 10 de las propuestas más destacadas de estas fechas.

Sevilla

Abarrotada y con la emoción a flor de piel. Así vive Sevilla las sentidas y multitudinarias procesiones. La pasión de los sevillanos y los cofrades se desborda desde el Viernes de Dolores hasta el Lunes de Pascua, aunque la noche culminante es la Madrugá (entre el Jueves y Viernes Santo), en la que desfilan los pasos del Jesús del Gran Poder, la Esperanza de Triana, la Macarena o el Cristo de los Gitanos. Más de 60 cofradías recorren estos días la ciudad entre lágrimas y saetas.

Málaga

Aquí a los pasos que llevan las imágenes los llaman tronos, y se viven con júbilo y pasión. Entre las múltiples procesiones destaca la de Jesús el Rico, el Miércoles Santo, con más de 200 costaleros. Un hecho singular se produce a las 20:30 horas; el acto de amnistía. La tradición se remonta al reinado de Carlos III, cuando los presos en protesta por haberse suspendido las procesiones debido a una epidemia, se fugaron para sacar a hombros a Jesús Nazareno. Buenas personas, tras ello, devolvieron la imagen a la iglesia y regresaron a sus celdas. El monarca, al conocer los hechos, concedió el privilegio de liberar a un preso todos los años. Otro esperado momento es el traslado del Cristo de Mena a hombros de los legionarios desde el puerto (el Jueves Santos a partir de las 10) al son del ‘Novio de la Muerte’.

Murcia

El excelente patrimonio escultórico y la idiosincrasia de la procesión murciana la convierte en una de las celebraciones más importantes de España en estas fechas. Alejada de la omnipresente influencia andaluza y la sobriedad castellana, remite al estilo tradicional orginario del siglo XVIII y se erige en una de las manifestaciones más significativas del rico y colorista acervo cultural murciano. Los nazarenos reparten caramelos, monas y regalos, reviviendo aquellos tiempos pretéritos en los que los componentes de las cofradías ofrecían viandas para los más necesitados. Fe, arte y pasión se funden en una simbiosis perfecta en una fiesta en la que las bocinas, los tambores y las cornetas ponen ritmo al desfile.

Calanda

La celebración religiosa y de folclore de Calanda forma parte de la ruta del tambor y el bombo del Bajo Aragón turolense, junto con las localidades de Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaen. El sonido atronador de los tamborileros (ojo con los oídos) marca la celebración, cuyo acto más multitudinario es ‘La Rompida de la hora’, que tiene lugar a las doce de la mañana del Viernes Santo. La Procesión del Pregón, la de la Soledad y la del Entierro, la más solemne, son algunos de los actos destacados.

Toledo

Mucho más sobrias que las andaluzas, pero no menos sentidas, las ocho procesiones de Toledo ilustran la habilidad de los cofrades para hacer pasar las imágenes por las estrechas callejuelas. Una veintena de cofradías participan en los cortejos, entre los que destacan el de Viernes Santo, cuando sacan el Santo Sepulcro, y la del Sábado Santo, cuando los penitentes de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte esperan de rodillas, iluminándose con faroles, la salida de Cristo de San Juan de los Reyes.

Cáceres

La mayoría de las procesiones recorren el monumental casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que suma a los desfiles religiosos un encanto único. El viacrucis del Cristo Negro, el Miércoles Santo, contiene uno de los momentos más emocionantes, cuando la imagen sale envuelta en un absoluto silencio, tan solo roto por el tañido de una campana. Las celebraciones de la bella ciudad extremaña se alargan nueve días. los pasos de tradición castellana se entrelazan con los pasos de tradición andaluza.

Salamanca

El principal acontecimiento religioso de la monumental capital charra cuenta con 17 cofradías que organizan 23 procesiones y actos, siendo los más antiguos el Acto del Descendimiento, la Procesión del Santo Entierro, iniciados en 1615, y la Procesión del Encuentro. Salamanca destaca por su valiosa imaginería. Las más veneradas son Jesús Rescatado (Anónimo, s. XVII) y la Virgen de la Soledad (Mariano Benlliure, 1941-1943), si bien las de mayor valor artístico son la Piedad y Jesús Flagelado de Luis Salvador Carmona, así como la Dolorosa de Felipe del Corral, el grupo escultórico de Jesús en la Calle de la Amargura de José de Larra Domínguez, y los grupos de Alejandro Carnicero para la Vera Cruz, todas obras del s. XVIII.

Olesa de Montserrat y Esparreguera (Cataluña)

Aunque Cataluña no se distingue por tierra de capirotes, hay tradiciones que merecen ser conocidas. Desde hace más de cinco siglos en pueblos como Olesa de Montserrat, Esparreguera o Cervera se celebra La Pasió. Son espectáculos teatrales sobre la vida, la muerte y la resurrección de Cristo que desbordan emoción y que han servido de escuela para algunos grandes intérpretes de la escena catalana.

Verges (Cataluña)

Con sus orígenes en el siglo XIV, la Danza de la Muerte es de una singularidad que bien vale una visita. Se celebra en pocos lugares del mundo, entre ellos la población catalana de Verges, donde el Jueves Santo a medianoche, a la luz de las antorchas, cinco esqueletos saltan y bailan al ritmo de un tambor en un espectáculo macabro que haría las delicias de Tim Burton. Antes se celebra la procesión. Una representación teatral, que se inicia a las cinco de la tarde con un desfile de Manoges (romanos), escenifica el drama religioso, desde la entrada de Jesús en Jerusalén hasta su crucifixión.

Valladolid

La riqueza de las tallas, el rigor y el respeto con que se vive hacen de la Semana Santa de Valladolid una de las más destacadas de Castilla y León. Sus imágenes se encuentran entre las de mayor valor artístico del mundo en escultura policromada, gracias sobre todo a imagineros como Juan de Juni y Gregorio Fernández. La ciudad alberga la sede del Museo Nacional de Escultura, que cede un centenar de imágenes para los pasos. Además del valor artístico de su imaginería religiosa, la Semana Santa se caracteriza por la devoción, sobriedad, silencio y respeto de los cofrades y el público, y por actos singulares como la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor y el Sermón de las Siete Palabras de la Plaza Mayor, que recuerda a los autos de fe del siglo XVI. Fue la primera Semana Santa en España en ser declarada de Interés Turístico Internacional, en 1980, y está reconocida como la que representa con mayor fidelidad, rigor y detalla la pasión.