Tres vecinos de la localidad de Piera (Barcelona) sufrieron durante cinco años los ruidos generados por la maquinaria de un obrador de pan y las consecuencias de dos fugas de gasoil en su interior. A causa de esta situación, los afectados padecieron una "agravamiento" de los problemas de salud que ya arrastraban desde hace tiempo. El Juzgado Penal número 1 de Barcelona ha condenado ahora a los tres responsables de la panificadora a 12 meses de prisión, a una multa y al pago de 93.000 euros de indemnización a los afectados, al considerar que han cometido un delito contra el medioambiente. Las dilaciones indebidas durante la tramitación del proceso han beneficiado a los imputados y han motivado una rebaja en la pena inicial.

La sentencia, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, relata que los tres acusados ostentaban los cargos de administradores solidarios de la empresa que gestionaba el obrador de pan en Piera. Las instalaciones tenían una superficie de 295 metros cuadrados. En la primera planta había cuatro hornos, una máquina para fermentación, otra aplanadora, seis amasadoras y un molino. En el semisótano, dos depósitos de gasoil, uno con capacidad de unos 10.000 litros, el cual no estaba autorizado, y un segundo para 1.000 litros. La panificadora funcionó hasta septiembre del 2012.

El obrador lindaba con una vivienda de dos plantas en la que habitaban desde el 2007 los tres afectados, que denunciaron los hechos a la fiscalía. La sentencia detalla que, "como consecuencia de la actividad molesta" de la panificadora, su casa "se vio gravemente afectada por los fuertes ruidos" desde el primer momento en que entraron a vivir allí. La actividad de esta fábrica de pan era durante todos los días de la semana, con un horario desde las ocho de la tarde hasta las seis o siete de la mañana de "forma ininterrumpida".

NO EVITARON LAS MOLESTIAS

Según concreta la jueza Isabel Gallardo, los denunciantes "sufrieron los fuertes ruidos de las máquinas y los olores del gasoil", pues los acusados, a pesar de ser conscientes de las molestias, "decidieron de común acuerdo" no evitarlas y no procedieron a adoptar las "medidas correctoras". La policía local comprobó a través de varias mediciones sonométricas que el ruido generado superaba el máximo permitido. El Ayuntamiento de Piera llegó a iniciar un expediente sancionador por infracción de la normativa.

La resolución reseña que los acusados "en todo momento supieron" que las molestias acústicas que "generaba la actividad nocturna" de la panificadora producían consecuencias "gravemente peligrosas" para la salud de los vecinos, que ya padecían una serie de dolencias, como fatiga crónica. El fallo judicial incide en que en diciembre del 2009 se produjeron dos fugas de gasoil, lo que provocó fuertes olores en la vivienda. Los afectados tuvieron que alojarse en un hotel durante unos días.