Ya son jueces pero, de momento, huérfanos de juzgado propio. Los 213 jueces que ayer recibieron el título --a excepción de los 18 que ejercerán como fiscales-- no serán titulares, sino adjuntos a los colegas que necesiten ayuda por el ingente volumen de trabajo.

En un acto presidido por el Príncipe de Asturias, la 54 promoción de jueces se dio cita ayer en el Auditorio de Barcelona para recibir el despacho. El 60% son mujeres --139--, y el resto --92--, hombres. Tienen una media de edad de 29 años.

Un juzgado, aparte del juez, necesita una inversión, dependiente del Gobierno, para poner en marcha la oficina judicial. Esta inversión es la que no llega, y por eso hay jueces que no tienen preparado su juzgado. Fuentes judiciales aseguraron que mantener un juzgado cuesta unos 900.000 euros anuales.

Fuentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) explicaron que la figura del juez adjunto pretende incorporar "nuevos modelos organizativos y funcionales". "La figura del juez adjunto existe en muchos países de nuestro entorno, como en Francia, donde es denominado juez volante", argumenta la nota emitida por el CGPJ, para añadir: "Su existencia supone una apuesta clara por disminuir la llamada justicia interina, impartida por licenciados en Derecho que son contratados temporalmente como jueces sustitutos".

DESCONTENTO Fueron varios los que ayer manifestaron su descontento y la esperanza de no tardar demasiado en tener su propio juzgado. También coincidieron en destacar la paradoja de esta situación cuando la necesidad de jueces es altísima.