El drama de las pateras no cesa. La madrugada de ayer, en menos de ocho horas, 244 inmigrantes de origen magrebí llegaron a Granada, Almería y Málaga a bordo de seis pateras. A ellos hay que añadir a cuatro marroquís detenidos a media tarde de ayer a bordo de una balsa hinchable sin motor, a tres millas de Punta Europa (Cádiz), y los 17 de otra patera que fue interceptada, también por la tarde, en Granada.

La mayor parte de ellos, unas 135 personas, fueron localizados en aguas de Almería. Sobre las 23.45 horas del martes, Salvamento Marítimo detectó una barca con 64 personas, y poco más tarde, Vigilancia Aduanera interceptó una segunda embarcación, con 71 personas.

En Granada, una patera con 30 inmigrantes fue avistada por la tarde. Sus ocupantes fueron trasladados junto a los 37 de una segunda patera. Una tercera embarcación fue localizada cerca de Castell de Ferro, con 33 marroquís a bordo, y otra con 17 fue interceptada ayer en la playa de Galera (Albuñol). Finalmente, en Málaga, el martes fueron detenidos nueve marroquís.

En Canarias, la situación fue muy similar. Una patera con 43 inmigrantes fue interceptada ayer por la mañana al este de Fuerteventura. En la embarcación viajaban 43 varones, que pasaron a disposición de la Policía Nacional. Además, dos personas fueron detenidas al sur de Gran Canaria, después de que la policía hallara una patera varada en la arena.

EL BUEN TIEMPO ATRAE La llegada del buen tiempo al Estrecho favorece la llegada de inmigrantes, según explicaron fuentes de Salvamento Marítimo y Protección Civil. También recordaron que las cifras de detenidos este verano son similares a los de temporadas anteriores, por lo que descartan que sean las primeras muestras del efecto llamada tras el anuncio de regularización.

Sólo en Motril (Granada), el recientemente creado Equipo de Respuesta Inmediata (ERIE) ha recibido en lo que va de año a más de 1.150 personas. El subdelegado del Gobierno en Granada, Antonio Cruz, consideró suficiente hace unos días el número de efectivos encargados de atender a los inmigrantes, ya que sólo pasan unas horas en territorio español, antes de ser repatriados.

El destino final de los inmigrantes ha cambiado en los últimos años. La puesta en marcha, en el 2001, del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) en Cádiz ha provocado la búsqueda de otros puntos de desembarque. Los nuevos itinerarios se caracterizan por su mayor coste, peligro y longitud (más de 100 kilómetros separan Almería de Africa).

Por su parte, la ONG Asociación de Familiares de Víctimas de la Inmigración Clandestina, al conocer la decisión española de regularizar a inmigrantes, ha pedido al Gobierno de Madrid que "haga extensiva esa regularización a uno 5.000 subsaharianos que viven en condiciones inhumanas en campamentos a las puertas de Ceuta y Melilla".