Un 26% de los estudiantes de 15 años de los países desarrollados son incapaces de hallar solución a problemas matemáticos básicos vinculados a asuntos cotidianos, según se desprende del último informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Finlandia encabeza la tabla de países cuyos alumnos obtienen mejores resultados en la materia, mientras que España se sitúa en las últimas posiciones: ocupa el puesto 23º de los 29 posibles.

El estudio refleja, asimismo, que únicamente unos 10.000 de los 250.000 alumnos que han sido evaluados obtuvieron un resultado óptimo a la hora de solucionar problemas complejos. El proyecto pretende, como ya se hizo por vez primera en el 2000, evaluar hasta qué punto los jóvenes próximos a finalizar la enseñanza obligatoria disponen de los conocimientos necesarios para desenvolverse en la sociedad.

Al igual que en el 2000, aunque en aquella ocasión se puso énfasis en evaluar la comprensión de la lectura, el sistema educativo de Finlandia se sitúa por delante del resto. Le siguen, por este orden, Corea, Holanda, Japón, Canadá, Bélgica, Suiza, Australia, Nueva Zelanda y la República Checa. Por detrás de España se colocan EEUU, Portugal, Italia, Grecia, Turquía y México.

FACTOR SOCIOCULTURAL El director general adjunto para la Educación de la OCDE, Bernard Hugonnier, subrayó ayer que el informe PISA evidencia que España forma parte del "tercio de países que están por debajo de la media, tanto en matemáticas como en ciencia y lectura". Hugonnier considera que el sistema educativo español "no es muy eficaz", puesto que no hay una correspondencia entre la inversión educativa, que se sitúa cerca de la media de los integrantes de la OCDE, y los resultados obtenidos.

Este experto educativo destacó la importancia que "los antecedentes socioculturales de los padres" tienen en España en el rendimiento del alumnado. Esa apreciación se traduce, según el director general adjunto de la OCDE, en que los estudiantes de "origen modesto tienen menos posibilidades que en otros países de tener buenos resultados".

El informe recoge que, a diferencia de lo ocurrido en el 2000, las diferencias de resultados entre chicos y chicas, favorables entonces a las segundas, desaparecen en la resolución de problemas matemáticos.