Cerca de una treintena de los menores no acompañados que llegaron el pasado domingo a Valencia en el Aquarius no regresaron a dormir por la noche al centro donde están alojados pero fueron localizados. Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat valenciana y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, avanzó que a los que se fugaron para irse «de fiesta» a las hogueras de Alicante, que no fueron todos, les espera la riña que se llevaría cualquier adolescente de sus padres.

«Les daremos la chapa y les diremos que hay unas normas de convivencia como en todas las casas, que no se pueden ir cuando les dé la gana», explicó Oltra, que insistió en que se llevarán «una buena reprimenda como a cualquier hijo; con cariño, traductores y con la dificultad del proceso».

Los responsables del centro avisaron en la noche del jueves de la ausencia de 28 menores a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, que los localizaron «en un pispás» y reingresaron en el centro a los que no volvieron por su propio pie, detalló Oltra. A primera hora de la mañana apenas quedaban tres por encontrar y la vicepresidenta dijo que a mediodía todos estaban ya «a buen recaudo». La vicepresidenta dijo que los menores hicieron lo que habría hecho «cualquier adolescente» cuando «una ciudad está de fiestas» y que como harían los de su misma edad «cuando han acabado la fiesta y tienen sueño o hambre vuelven a casa».

Oltra recordó que, aunque están bajo la tutela de la Generalitat, «no están internos ni encerrados» y que el centro donde están «es como su casa». «Son adolescentes que vienen con pocas pautas de crianza, porque han pasado lo que no somos capaces de imaginar», afirmó.