Más de 500 subsaharianos intentaron entrar al unísono en Melilla, desde Marruecos, durante la madrugada del domingo al lunes. La cifra supone el mayor número de inmigrantes que intenta pasar clandestinamente a la ciudad desde que comenzó el fenómeno de la inmigración en la ciudad autónoma, a principios de la década de los 90.

La Guardia Civil, que vigila los nueve kilómetros de perímetro fronterizo con Marruecos, contó con la colaboración de la policía marroquí para retener a los inmigrantes, procedentes de Mali, Camerún, Nigeria, Níger, Senegal y Guinea. Los agentes tuvieron que utilizar material antidisturbios para frenar la avalancha, por lo que una decena de policías y africanos resultaron heridos.

En el intento, varias decenas de inmigrantes consiguieron alcanzar suelo español, con la finalidad de conseguir su ingreso en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla y lograr el traslado posterior a la Península.

VALLA DE TRES METROS Los subsaharianos utilizaron escaleras elaboradas por ellos mismos, para salvar los tres metros de altura de la doble valla que separa Melilla del territorio marroquí. Los agentes de la Guardia Civil que vigilan permanentemente el perímetro se vieron desbordados. Los guardias españoles tuvieron que solicitar la ayuda de las fuerzas de seguridad de Marruecos, por lo que miembros de la Gendarmería acudieron al lugar, por la zona marroquí, para colaborar.

La mayoría de los inmigrantes que protagonizaron el suceso sobreviven en el monte marroquí del Gurugú, a la espera de poder burlar la vigilancia española. Las fuerzas de seguridad del Estado calculan que en el citado monte unas 700 personas de países subsaharianos que, en algunos casos, llevan años refugiados en la zona, tras varios intentos frustrados de llegar a España.

Las 480 plazas del CETI de Melilla se encuentran saturadas, lo que ha obligado a unos 300 inmigrantes, a instalarse en chabolas de cartón y plástico que han construido a su alrededor. En ellas pretenden sobrevivir a la espera de, con los anunciados traslados de grupos de subsaharianos a la Península, conseguir plazas en el CETI.

EN CEUTA Por otra parte, la Policía Local de Ceuta detuvo durante el fin de semana a un grupo de 105 inmigrantes magrebís en situación irregular que habían conseguido entrar ilegalmente en la ciudad, procedentes de Marruecos, aprovechando las fiestas patronales de la ciudad. Los detenidos, la mayoría de ellos marroquís, fueron trasladados a comisaría para su repatriación a Marruecos. La cifra supone el mayor número de inmigrantes detenidos este año en un fin de semana.