La semana de vacaciones se le acabó yendo de las manos a un grupo de 800 estudiantes portugueses, que al regresar a su país se encontraron con una denuncia por los importantes destrozos causados durante su estancia en un hotel de Torremolinos (Málaga). Fuentes conocedoras del caso cifran en varios miles de euros los daños provocados en las instalaciones justo al inicio de la Semana Santa, aunque la valoración oficial está por concluir.

El grupo, que se encontraba de viaje de estudios, había reservado a través de una agencia de viajes lusa las instalaciones del hotel Pueblo Camino Real. Los estudiantes llegaron el día 2 de abril y permanecieron allí hasta el pasado sábado. La sorpresa para los responsables del hotel fue mayúscula cuando al disponerse a limpiar las habitaciones tras la marcha de los jóvenes descubrieron el estado en el que se encontraban.

El escenario era desolador: azulejos destrozados, colchones arrojados por las ventanas, extintores vaciados en los pasillos, restos de orín en los corredores… hasta arrojaron un televisor a una bañera. Todo ello habría ocurrido durante la madrugada del sábado, justo antes de dejar el hotel y regresar a Portugal, según adelantó El País.

El fin de fiesta a lo grande no fue sin embargo el único incidente, ya que con anterioridad los huéspedes tuvieron que ser aleccionados por la dirección del establecimiento y la Policía Local cuando contrataron un DJ para una fiesta en la piscina que no tenía permiso. También se destacaron por la música a todo volumen que salía de las habitaciones y el consumo de bebidas alcohólicas. Aunque el hotel no ha querido hacer declaraciones, las fuentes policiales apuntan a que los daños materiales ascenderían a varios miles de euros, y justo en Semana Santa, cuando acuden a la Costa del Sol miles de turistas.