Los padres de Jokin C., el estudiante de 14 años del instituto Talaia de Hondarribia (Guipúzcoa) que se suicidó el 21 de septiembre, aseguran en una carta enviada a varios diarios que a su hijo "lo suicidaron" y piden respeto a su memoria para que no se reproduzca "el linchamiento que sufrió en vida".

En la misiva, responsabilizan parcialmente a los profesores de lo sucedido por no evitar las humillaciones y palizas que sufrió su hijo, y reprochan a la dirección del centro que no se haya puesto en contacto con ellos: "Ni una visita, ni un abrazo, ni un telegrama".

Los padres, Mila y José Ignacio, agregan que desean conocer la verdad: "Qué pasó, cómo sucedieron los hechos, por qué nuestro hijo sufrió tanto". Denuncian que quienes debían estar al tanto de lo que le ocurría a Jokin y tenían la obligación de protegerle lo dejaron "abandonado a su mala suerte". Al mismo tiempo, agradecen los mensajes y las flores que todos los días son depositados junto a la muralla de Hondarribia, desde donde el adolescente se arrojó al vacío.

"A medida que vamos conociendo más detalles, más datos sobre las humillaciones, vejaciones y agresiones que sufrió Jokin en su último año de vida, vamos teniendo más claro que nuestro hijo no se suicidó; a nuestro hijo lo suicidaron. Para hablar de suicidio tendríamos que estar ante una decisión libremente tomada, sin injerencias externas", escriben. A. U.