El primer día de la visita del papa Francisco a Tierra Santa transcurrió el sábado en Jordania sin ninguna sorpresa. El Obispo de Roma siguió casi al pie de la letra el protocolo y cumplió con lo establecido. Pero este domingo, en su segunda jornada en Oriente Próximo, ha sorprendido a todos invitando al presidente palestino, Mahmud Abás y al israelí, Shimon Peres, a reunirse en su casa en el Vaticano para intentar lograr la paz. Así, les ha ofrecido "reunirse conmigo en una plegaria a Dios para que nos conceda el regalo de la paz. Ofrezco mi casa en el Vaticano como lugar para llevar a cabo esta oración (…) Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento", ha destacado el Pontífice, que ha urgido a Israel y a Palestina a "tener valentía" para poner fin a un "sufrimiento inaceptable". Ambos dirigentes han aceptado la invitación del Pontífice, y han fijado la cita para el próximo 6 de junio.

La cita en Roma ha sido anunciada por el Papa al final de la misa que ha celebrado ante 8.000 personas junto a la Basílica de la Natividad de Belén, donde la tradición dice que nació Jesús. "El presidente acoge favorablemente la iniciativa del Papa y valora cualquier iniciativa para lograr la paz entre Israel y sus vecinos", ha afirmado un portavoz de Peres en declaraciones al diario 'The Jerusalem Post'. La diputada palestina, Hanan Ashrawi, ha confirmado también que Abás visitará el Vaticano.

Invitación inédita

Hasta ahora, ningún Papa había llevado a cabo una invitación así. "Esto es uno de los signos de la creatividad y el coraje del papa Francisco, de como establece nuevas formas de construir la paz, siempre desde la perspectiva de la oración, su mandato no es político", ha indicado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

"El Papa está llevando la relación a otro nivel, a un nivel espiritual, donde nos encontramos todos para rezar, todos unidos por él para sentir la responsabilidad frente a Dios y para tomar conciencia de la necesidad de paz. Ha convertido la religión en un factor positivo en esta tierra, cuando siempre se dice que en Oriente Medio la religión es parte del problema", ha dicho a EL PERIÓDICO el padre Jamal Khader, portavoz del Patriarcado Latino para la visita del Papa a Palestina.

Jorge Mario Bergoglio, que esta mañana ha aterrizado en helicóptero a las 8.55 --25 minutos antes de lo previsto-- en el helipuerto de Belén (Cisjordania), procedente de Amán (Jordania), se ha reunido con Abás en el palacio presidencial de esta ciudad, situada a ocho kilómetros al sur de Jerusalén y rodeada de asentamientos judíos.

"Animo a los pueblos palestino e israelí, así como a sus respectivas autoridades, a emprender este feliz éxodo hacia la paz con la valentía y la firmeza necesaria para todo éxodo", ha dicho el Pontífice en su primer discurso en Palestina. "Oriente Medio vive las dramáticas consecuencias de la duración de un conflicto que ha causado heridas difíciles de cerrar (...) Incluso cuando afortunadamente no se desata la violencia, la incertidumbre de la situación y la incomprensión de las partes producen inseguridad, negación de derechos, aislamiento y éxodo de comunidades enteras, divisiones, carencias y sufrimientos de todo tipo", ha afirmado Francisco, y ha manifestado que "por el bien de todos, ya es hora de poner fin a esta situación, que se hace cada vez más inaceptable".

"El derecho de dos Estados a existir"

"Ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente".

Abás le ha recordado la "trágica situación que viven los habitantes de Jerusalén este (parte palestina de la ciudad), capital de nuestro país ocupada desde 1967. Israel se ha dedicado sistemáticamente a cambiar la identidad y el carácter de la ciudad, imponiendo restricciones sobre el pueblo de Palestina, cristianos y musulmanes", ha denunciado el dirigente palestino, que le ha hablado al Pontífice del "muro monstruoso" que Israel ha levantado en Cisjordania.

Las palabras de Abás parecen haber hecho mella en Francisco, que ha vuelto a hacer gala de su fama de improvisador. Así, el Obispo de Roma ha efectuado una parada imprevista en su camino desde el palacio presidencial de Belén hasta la plaza del Pesebre, donde iba a celebrar misa. Cuando su comitiva pasaba junto a un tramo del muro de Cisjordania, que aprisiona la ciudad de Belén, a la altura del campo de refugiados palestinos de Aida, el Sumo Pontífice ha bajado del 'Papa-móvil' --el vehículo descubierto en el que ha recorrido las calles de Belén-- para contemplar el muro. Se ha acercado a él acompañado por el Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Tawal, y ha rezado unos minutos en silencio.

"Me he acercado y le he dicho, Su Santidad, este es el muro que separa la iglesia de la Natividad del Santo Sepulcro y me ha respondido 'Sé muy bien lo que pasa aquí'", ha explicado a esta corresponsal el portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Xavier Abu Eid.

En el tramo del muro en el que se ha detenido Francisco se leía la siguiente inscripción: 'Papa, necesitamos a alguien que hable sobre la justicia. Belén se parece al ghetto de Varsovia. Palestina libre'.

En las calles de Belén, centenares de personas han aclamado al Santo Padre con gritos de "Viva el Papa" en castellano. Su entrada en Papa-móvil en la plaza del Pesebre ha sido triunfal, entre miles de palestinos llegados de diversos puntos de Cisjordania, Jerusalén, Gaza e Israel y también grupos de extranjeros.

"Estoy muy emocionado, es el tercer Papa que veo de cerca, el primero fue Pablo VI en 1964, también vi a Juan Pablo II", ha relatado Farah Nasrallah, de 79 años y vecino de Jerusalén. Muy cerca de él, Stella, una señora de 88 años, israelí, de origen polaco aguantaba estoicamente un sol de justicia para poder ver a Francisco de cerca. "Es el tercer Papa que veo. Francisco es fantástico, desde que dijo que había escogido el nombre de San Francisco de Asís, supe que era alguien especial", ha afirmado Stella, judía emigrada en 1944 a la ciudad de Haifa, en la Palestina bajo Mandato Británico, y convertida posteriormente al catolicismo.

Homilía en defensa de la infancia

En su homilía, Francisco ha tenido un mensaje especial para los niños. Lo ha hecho en la plaza del pesebre de Belén, donde ha realizado una cerrada defensa de la infancia y ha subrayado que los niños son el "diagnóstico" que permite conocer el estado de salud de las familias y las sociedades, y por ello ha pedido protegerlos.

Ante más de 8.000 personas que han llegado desde todos los rincones del mundo y han aguantado con religioso estoicismo el calor que caía sobre la Basílica de la Natividad, ha denunciado la situación de aquellos menores que se ven obligados a emigrar y a refugiarse, o combatir en las guerras, signo de que la sociedad no goza de salud. "Todavía hoy muchos son explotados, maltratados, esclavizados, objeto de violencia y de tráfico ilícito. Demasiados niños son hoy prófugos, refugiados, a veces ahogados en los mares, especialmente en las aguas del Mediterráneo", ha subrayado. Una situación, ha dicho Francisco, que debe hacer al mundo en general, y a los cristianos en particular, reflexionar y "avergonzarnos delante de Dios, el Dios que se ha hecho Niño".