La ciudad de Buenos Aires ha sido este fn de semana epicentro de un profundo debate que se repite en América Latina con distinta intensidad. Por un lado, el movimiento feminista ha ganado otra vez las calles para defender el derecho a la despenalización del aborto. En paralelo, las iglesias católica y evangelista se moviliza para frenar con advertencias apocalípticas un proyecto que es impulsado en Argentina por el mismo presidente Alberto Fernández. "En el siglo XXI, toda sociedad necesita respetar la decisión individual de sus miembros a disponer libremente de sus cuerpos", dijo al presentar su iniciativa.

La discusión sobre el aborto libre y gratuito articula los discursos y las prácticas de los colectivos feministas de una región con la tasa mundial más alta de interrupciones por lo general ilegales: 44 de cada 1.000 mujeres. La marea verde se vigoriza cada 8 de marzo para abordar semejante asignatura pendiente.

En Honduras, Nicaragua y Salvador se criminaliza la interrupción del embarazo. La salvadoreña Teodora Vásquez purgó diez años en la cárcel por esa causa. Al recuperar su libertad se convirtió en un referente de la luchas contra "el patriarcado y el retroceso". La existencia de un Gobierno de ultraderecha en Brasil ha supuesto un salto atrás en materia sanitaria para un país donde muere cada dos días una mujer a causa de un aborto clandestino. Odja Barros, doctora en teología y también pastora, asegura que las autoridades "utilizan la palabra de Dios para mantener a la mujer sumisa".

Un panorama diverso

El aborto no está penalizado en Cuba y Uruguay si se cumple dentro de las primeras 12 semanas de gestación. Es legal en el estado mexicano de Oxaca. Han pasado dos años desde que en Chile se promulgó la ley de interrupción del embarazo cuando corre peligro de vida de la madre, o en casos de inviabilidad fetal y violación. La mitad de los obstetras del sistema público se resiste, no obstante, a practicar una intervención. En Bolivia, la práctica se permite en casos excepcionales. La justicia peruana ni siquiera contempla los casos de violación. El próximo "pañuelazo" recordará en Lima lo que se considera una aberración.

Hace 14 años, la Corte Constitucional colombiana despenalizó el aborto cuando tiene lugar una violación, el feto es inviable o existe riesgo para la mujer. "Soy una persona provida", insiste, sin embargo, el presidente Iván Duque. "Queremos un aborto sin condiciones. Resistimos todas las arremetidas jurídicas de los antiderechos", dijo Johana Agudelo, del colectivo Tamboras insurrectas, de cara al 8 de marzo. "Mi cuerpo, mi vida, mi decisión", volverán a gritar en Paraguay las mueres este domingo. Los 30.000 abortos clandestinos al año no conmueven a una elite política temerosa todavía de las admoniciones eclesiales.

En Venezuela, la mortalidad materna es de 112 casos cada 100.000. "A parir, pues, a parir. Todas las mujeres a tener seis hijos, que crezca la patria", acaba de pedir el presidente Nicolás Maduro. "Seguiremos viendo con dolor y con coraje a esas niñas de la patria que seguirán pariendo a muy temprana edad y que jugarán con muñecas y muñecos de carne y hueso desnutridos", le contestó Isabel Zerpa Albornoz, directora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM-UCV).