La aceptación de la homosexualidad en China ha basculado a lo largo de la historia, aunque por lo general ha sido más tolerada que en Occidente. Los gais chinos no han sufrido persecuciones tan crueles como las ordenadas por el cristianismo en Europa durante la Edad Media. Ni el taoísmo, ni el confucianismo, ni el budismo, los tres pilares del pensamiento chino, la condenan.

En las antiguas dinastías Han, Ming o Qing hay múltiples referencias a ella y obras clásicas de la literatura como A la orilla del río o El sueño de la habitación roja contienen descripciones de relaciones sexuales entre hombres. La primera ley contra la homosexualidad fue dictada en 1740, pero no hay constancia de que la prohibición se cumpliera con celo.

El cuadro cambió totalmente con la llegada de los comunistas al poder en 1949. Mao Tse Tung la consideraba un vicio pequeñoburgués propio de la degeneración de Occidente y contrario a las esencias revolucionarias. Los gais, condenados a la clandestinidad, padecieron penas de cárcel, ejecuciones e incluso castraciones. La apertura económica ha devuelto cierta tolerancia al país, pero los personajes abiertamente homosexuales no son mostrados en público. La película Brokeback mountain, de Ang Lee, fue prohibida, así como su discurso en los Oscar.