Unos 500 españoles, en su mayoría de entre 11 y 15 años, comienzan a fumar cada día en España. Otros 450 adultos logran dejar el hábito, 150 de ellos tras la muerte. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNTP), que agrupa a una treintena de sociedades científicas, aporta otro dato: la subida de un 10% del precio de la cajetilla evitaría que un 8% de menores cayeran en este mal vicio del humo.

Este aumento de precio provocaría de paso una bajada del consumo de cigarrillos en un 5%, según han establecido en sendos informes la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial. "La elevación del precio, junto con la prohibición de toda publicidad, es la medida más importante desde el punto de vista preventivo", defiende Carlos Jiménez, neumólogo madrileño y presidente de la Sociedad de Especialistas en Tabaquismo (SEDET).

El argumento es compartido por Rodrigo Córdoba y Joan Ramon Villalbí, presidente y secretario del CNPT, respectivamente, quienes abogan por una subida del precio al menos de un 10%. Estos especialistas advierten de que el tabaco no sólo es más barato en España que en el resto de Europa, sino que cuesta menos en términos reales que hace 30 años, si se descuenta la inflación.

Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra revela que la industria del tabaco bajó los precios en los años 70 para captar a las mujeres jóvenes. "Las tabaqueras no han repercutido en el precio final las últimas subidas de impuestos y las han descontado de sus beneficios para buscar y mantener nuevos y seguros clientes entre los adolescentes", denuncia Jiménez.

ARGUMENTO DE RATO Sin embargo, el Ministerio de Economía impuso su criterio contrario a la subida de precios en una reciente reunión del Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo. El argumento del departamento que dirige Rodrigo Rato es que repercutiría en el índice de precios al consumo (IPC) y en otros aspectos macroeconómicos. "El tabaco es una droga, no un bien de consumo. ¿Sería lógico que se computara también en el IPC la venta de cocaína que seguramente mueve mucho más dinero?", se pregunta Carlos Jiménez.

Según Córdoba, el tabaco ocasiona mayor gasto que los beneficios que le reportan los impuestos que lo gravan. "Lo del IPC es una excusa. Se puede calcular un IPC sin tabaco", rebate el neumólogo aragonés.