Una chica de 15 años murió en Murcia tras ser secuestrada y brutalmente golpeada durante tres días por un adolescente de 18 años con el que salía desde hacía un mes, según confirmó ayer la policía. El asesinato fue la manera que él utilizó para decirle que no le gustaba que hubiera tenido otros novios.

El suceso tuvo lugar en una casa abandonada donde la pareja convivía de forma temporal y en contra de la voluntad de los padres de la chica. El presunto agresor, que confesó los hechos a un vecino y a su madre, pasará hoy a disposición judicial. Al tratarse de una menor de edad, la policía no facilitó la identidad de la víctima y tampoco precisó si era de etnia gitana como el agresor, Ramón M. M.

PENSIONES Y JARDINES De momento, lo único que se sabe es que la pareja llevaba saliendo un mes y que los padres de ella no aprobaban la relación. A falta de un hogar donde establecerse, los dos jóvenes deambularon por varias pensiones y jardines de Murcia. Sin embargo, la semana pasada, Ramón cogió las llaves del domicilio en el que habían estado viviendo sus padres hasta hace dos meses. El domicilio, de planta baja y completamente insalubre, se encuentra ubicado en el humilde barrio de Barriomar.

El calvario de la joven comenzó el pasado jueves. Aquel día, la pareja llegó a casa por la noche después de salir con unos amigos. En ese momento, él se enteró de que ella había tenido otros novios y, celoso y completamente fuera de sí, la golpeó con un pitón para motos (una cadena recubierta de goma).

ENCERRADA CON LLAVE Ambos pasaron la noche en la casa. A la mañana siguiente, Ramón se marchó y la dejó encerrada con llave. El joven regresó el sábado por la tarde y volvió a propinarle una brutal paliza. Fuentes policiales explicaron que el agresor utilizó la mano, el puño e incluso mordió a la muchacha. El domingo por la mañana se repitió la historia y él la volvió a dejar encerrada con llave. Por la noche, cuando regresó, le dio otra paliza. Esta vez, con una barra de hierro y una lata de conservas. Uno de los golpes que recibió en la cabeza fue tan tremendo que la menor falleció de un traumatismo craneal.

En la madrugada del domingo al lunes, Ramón M. M. acudió a la casa de un vecino, al que confesó el asesinato. El joven --que tiene seis hermanos-- le pidió que avisara a su madre. Cuando ésta llegó, el vecino llamó a los servicios de emergencia de la comunidad de Murcia.

Tras confesar el crimen, la policía detuvo al agresor. Más tarde, cuando llegaron al domicilio donde ocurrieron los hechos, encontraron a la menor tendida en el suelo de la cocina y sangrando por la boca. Estaba vestida de cintura para arriba y no presentaba signos de violación.

Los familiares de la víctima acudieron al instituto de medicina legal, donde los forenses le practicaron la autopsia.