Cerca de dos millones y medio de personas han comprado propiedades en la Luna y en Marte siguiendo el reclamo de una empresa norteamericana, Lunar Embassy, que las vende a 19,99 dólares el acre o, en versión europea, unos 15 euros (2.500 pesetas) por cada 0,4 hectáreas. No sólo es un precio asequible, subraya la empresa en internet (www.lunarembassy.com), sino que además recibes, sin contar gastos de envío, un diploma acreditativo que se puede colgar en el despacho, un mapa del lugar y una copia de la Constitución Galáctica.

"Dentistas, policías, juristas, enfermeras, médicos, taxistas y hasta 30 empleados de la NASA y los expresidentes Carter y Reagan", prosigue la empresa, han podido cumplir su sueño. ¡Y con permiso para edificar cuando ello sea posible!

Aunque los precios son realmente baratos, no cabe duda, la aprovechada inmobiliaria ha vendido en sus 24 años de historia nada menos que 1.640 millones de metros cuadrados, lo que le ha supuesto unos ingresos totales de 6,75 millones de dólares (5,4 millones de euros). Las recientes declaraciones del presidente George Bush, que ha anunciado un ambicioso plan para colonizar Marte y la Luna, han animado el negocio, admite Dennis Hope, fundador y director de la empresa, con sede en el estado de Nevada. "Ahora recibimos una veintena de pedidos diarios", declaró recientemente al portal Space.com.

Lunar Embassy ha abierto delegaciones en una docena de países, entre ellos Francia, Japón, Suecia, Gran Bretaña y Alemania, aunque todavía no en España. Prueba del innegable negocio es que Hope reconoce que se gastó el año pasado 70.000 dólares en abogados, no para defenderse de las autoridades, sino para pleitear con compañías y asociaciones que copian sus pasos, entre ellas, por ejemplo, está Lunar Registry (www. lunarregistry.com) y también se encuentra Lunar Republic Society (www.lunarrepublic.com). Nadie garantiza, por supuesto, que una finca privilegiada no se venda dos veces.

La legislación internacional prohíbe registrar como propio o comprar cualquier objeto más allá de la Tierra (concretamente, el Tratado del Espacio Ultraterrestre de la ONU, firmado en 1967 por 90 países, entre ellos Estados Unidos y Rusia). Pese a ello, los oportunistas promotores no tienen reparos en confundir a sus potenciales clientes. Por ejemplo, argumentan que el tratado del año 1967 prohíbe que estados y gobiernos hagan ejercicio de su soberanía en regiones fuera de la Tierra, pero no habla para nada de promotores particulares con fines comerciales.

LOS PROBLEMAS Sin embargo, entre otros aspectos, olvidan que el derecho de propiedad debe ser reconocido por algún país, algo que hoy no sucede, y que un derecho prohibido a un Estado o Gobierno no puede permitirse a un ciudadano. Hope, que se hace llamar presidente del Gobierno Galáctico, también argumenta que envió sus propuestas a la ONU y a los gobiernos de EEUU y Rusia, y que como nadie respondió, las dio por válidas e inmeditamente las registró con copyright.

Según Space.com, el Instituto Internacional de Derecho Espacial (IISL) trabaja para la ONU en un documento que declararía nula a todos los efectos cualquier reclamación sobre la propiedad más allá de la Tierra y acabaría de una vez por todas con interpretaciones confusas. La ONU ya impulsó hace años un acuerdo para prohibir cualquier explotación comercial del satélite, el llamado Tratado Lunar de 1984, pero entonces sólo obtuvo el beneplácito de media docena de países.