La polémica que enfrenta al Gobierno conservador francés y al alcalde de Begles (suroeste de Francia), el ecologista Noël Mam¨re, que debe celebrar hoy la primera boda gay en Francia, alcanzó ayer su máximo nivel después de que el edil denunciara presiones políticas. Pese al alud de advertencias de la Administración francesa, los homosexuales Stéphane Chapin, de 33 años, y Bertrand Charpentier, de 31, tienen previsto casarse esta mañana en la alcaldía de la localidad.

En presencia de un centenar de periodistas, amigos de la pareja y manifestantes a favor y en contra la ceremonia, el alcalde Mam¨re sellará oficialmente la unión. Ni siquiera la amenaza de la fiscalía de Burdeos, que advirtió por escrito al edil de la ilegalidad del enlace así como de su incompetencia territorial, puesto que la pareja no reside en el municipio, impedirán a Mam¨re seguir adelante con su proyecto.

El Gobierno de Jean-Pierre Raffarin ha calificado de "provocación" la actitud del alcalde de Begle. El jefe del Ejecutivo ha amenazado incluso con sancionar a Mam¨re si sigue adelante con lo que ha tachado de "comedia". Incluso el presidente, Jacques Chirac, se ha pronunciado contra el enlace, que también ha dividido a los socialistas. El primer secretario del Partido Socialista, Fran§ois Hollande, propuso que un grupo parlamentario comience a examinar una propuesta de ley destinada a legalizar las uniones gay e incluso la adopción de menores por homosexuales. El exprimer ministro socialista Lionel Jospin, en cambio, condenó esta iniciativa.

EL CODIGO CIVIL Los partidarios del matrimonio gay se remiten al Código Civil, que no menciona en ningún punto que una pareja del mismo sexo no pueda casarse. El Convenio Europeo de Derechos Humanos, esgrimido por Mam¨re, establece el "derecho al respeto de la vida privada y familiar" y, por lo tanto, la prohibición de la "injerencia de la autoridad pública". El documento, sin embargo, no menciona específicamente el matrimonio.

Los ciudadanos franceses, divididos también, asisten con gran expectación al desenlace de la polémica, que les interesa mucho más, según los sondeos, que las elecciones europeas. El alcalde de Begle ha dicho que, si le impiden celebrar la ceremonia, demandará a Francia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violar el convenio.

Al margen de la batalla legal, Mam¨re ha reconocido que su intención es simbólica y que se trata esencialmente de "provocar un debate".

Otros alcaldes franceses que habían decidido seguir el ejemplo yanunciaron su intención de celebrar bodas gay dejaron claro que lo harán sin violar la ley y que presidirán actos no oficiales.