Cuando José María Aznar empiece sus seminarios sobre relaciones internacionales en Georgetown difícilmente se desatarán las pasiones que el jueves florecieron en la Universidad de Harvard. En el campus de Cambridge (Massachussets) hablaba otro español y la política no escapó de su discurso. Pero el conferenciante tiene más tirón popular que el expresidente. Sobe todo, entre las féminas que predominaban entre las 400 personas del público. Quien hablaba y partía corazones con sus palabras y su música era Alejandro Sanz, y su aparición en Harvard marcó un hito.

A los 35 años, Sanz se convirtió en el primer músico español en dar una charla en la prestigiosa universidad. Hace una semana aceptó la invitación que se le hizo cuando se supo que su ambiciosa gira mundial, que actualmente recala en Estados Unidos, pasaría por Boston. Como escribía The Chicago Sun-Times, "es difícil imaginar a sus compatriotas Enrique Iglesias y David Bisbal recibiendo tal honor".

La intervención del autor de No es lo mismo se inició con 20 minutos de conferencia que centró en su implicación en causas como la construcción de refugios en Ecuador y una escuela de música para mujeres en la India. Además de hablar de su trabajo como músico, dio cabida a la controversia política. Si en Venezuela despertó la polémica por sus críticas al presidente Hugo Chávez, en Harvard eligió como diana a Fidel Castro.

Lejos de controversias, el coloquio posterior evidenció las pasiones que levanta Sanz, con admiradoras que abrían sus preguntas confesando encontrarse cerca del desmayo. Y se comprobó que el artista, que ha vendido más de 20 millones de discos y ganado siete Grammys latinos y uno de los grandes, ha abierto la puerta de la conquista de EEUU. Ayer, la prensa de Boston le dedicó amplio espacio y largas entrevistas en las que su nombre iba acompañado de calificativos como "joven leyenda" e "icono". Su trabajo fue definido en el Boston Globe como "pop sofisticado". Su madre, según confesó el jueves Sanz, se siente orgullosa de que su hijo hablase en Harvard. Lo estará también cuando le lleve la prensa estadounidense.