El informe Ríos hormonados, investigación de Ecologistas en Acción y la organización Pesticide Action Network Europe, muestra la elevada contaminación por plaguicidas que sufren las aguas superficiales de la península Ibérica. El análisis se basa en datos oficiales de los Progra­mas de Vigilancia de la Calidad de las Aguas de diez Confederaciones Hidrográficas, que en cumplimiento de la legalidad han proporcionado sus datos de muestreo.

Los análisis evidencian que todas las cuencas contienen plaguicidas tóxicos. En el 2016 se detectaron 47 plaguicidas diferentes, 26 de los cuales son o se sospecha que son disrup­tores endocrinos, sustancias que interfieren con el sistema hormonal. El 70% de los plaguicidas detectados, como el lindano, el DDT, la atrazina o el endosulfán, fueron prohibidos hace años. Los plaguicidas más habituales son los insecticidas (45%) y los herbicidas (40%).

Las cuencas más contaminadas son aquellas en las que se desarrolla una agricultura más intensiva: la del Júcar es la cuenca más contaminada. En el Ebro se detectaron 21 de las 37 sustancias analizadas. Los residuos de lindano y sus isómeros se detectan en siete de las cuencas analizadas.