El Gobierno brasileño estudia la posibilidad de entregar en concesión a empresas privadas un 15% de la selva amazónica. La propuesta ha trascendido cuando vuelven a escucharse con fuerza las voces de alerta sobre los peligros de deforestación de la región, que tiene casi el 20% de las reservas mundiales de agua dulce.

Según el diario O Globo , el plan de Lula Da Silva será enviado al Congreso y contempla la división en 15 zonas de una superficie de 500.000 kilómetros cuadrados (similar a la de toda España) para que sean explotadas por firmas brasileñas y extranjeras a cambio del pago de un canon para el Estado.

Antes de que estallara la polémica, el director del Programa Nacional Forestal, Tasso Azevedo, dijo que la medida busca el "desarrollo sostenible" de las tierras públicas. Para dar forma al proyecto, las autoridades medioambientales enviaron a Australia a varios especialistas para que evalúen cómo funcionó una experiencia similar en la selva de Nueva Gales del Sur.

Flavio García, del Movimiento en Defensa del Amazonas, advirtió del peligro que encierra el proyecto. "Podremos abrir las puertas para que entren grandes grupos extranjeros como los que devastaron las selvas de Indonesia y Africa", dijo.

La propuesta se conoce cuando acaba de concluir en Brasilia un coloquio científico internacional sobre el Amazonas en el que la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, instó a los participantes a lograr un "compromiso ético" que permita preservar el conocido como "pulmón de la tierra".

Antonio Donato Nobre, del Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas (INPA), recordó durante el encuentro cifras escalofriantes. Desde finales de los años 70, el fuego ha devorado 632.000 kilómetros cuadrados de selva.

Pero lo peor vino después, con la deforestación al calor del boom de la soja. Brasil tuvo en el año 2003 un récord histórico de exportaciones, de 73.084 millones de dólares. El 23% del total correspondió a productos agrícolas. Sólo la soja se vendió por un total de 8.100 millones de dólares.