Su historia de amor y sexo prohibido, de juicios, condenas y cárcel, terminó el viernes, cuando un juez de Seattle (EEUU) levantó la orden que prohibía a Mary Kay Letourneau cualquier tipo de contacto con Vili Fualaau.

Mary Kay era profesora en un pueblo de Washington. Tenía 34 años, cuatro hijos y un matrimonio que hacía aguas cuando, en 1996, comenzó su relación sentimental con Vili, un alumno suyo de 12 años. Un año después, fue arrestada y condenada a seis meses de cárcel por violación a un menor. A Mary Kay, que entonces estaba embarazada de la primera de las dos hijas que ha tenido con Vili, no le permitieron volver a verlo.

El caso continuó un mes después de la puesta en libertad de la profesora. Desafiando la orden del juez, ambos se encontraron de nuevo, con sexo en el coche incluido. Pillados in fraganti, Mary Kay volvió a prisión, donde ha permanecido los últimos siete años. Allí dio a luz a su segunda hija.

Tratamiento psicológico

El pasado miércoles acabó su condena. La exmaestra, que por su delito sexual deberá seguir recibiendo tratamiento psicológico, salió por fin de la cárcel y mientras se dirigía a casa de unos amigos al sur de Seattle, su exalumno pidió al juez que levantara la orden que los mantiene separados. El joven, que ahora tiene 21 años, alegó que todavía la quiere, que es un adulto y que tiene derecho a elegir sus amistades.

De momento, el chico ya se ha paseado por alguna que otra televisión declarando sus deseos de reencuentro para decidir si pueden "llevar adelante una vida juntos". Muchos estadounidenses recuerdan cómo en el 2002, Vili reconoció haber hecho el amor "en el gimnasio, el baño y el aula".

Ambos comparten dos hijas de 5 y 7 años que están bajo la tutela de la madre de Vili, en paro y sin estudios. Una situación que al escritor Gregg Olsen, que ha seguido de cerca el caso, le parece "muy triste". "Mucha gente lo ve como una historia de amor y desea que estén juntos, pero quiero recordarles que él tenía 12 años cuando todo ocurrió", señaló Olsen a la cadena CNN.

Ahora, el joven y su antigua maestra --que tiene otros cuatro hijos que viven en Alaska con su exmarido-- deben construir su futuro, alejados ya de los tribunales.