Los Mossos d’Esquadra detuvieron ayer a un hombre de 82 años por la muerte de su mujer, de 78 años, en Barcelona. Los hechos se produjeron poco después de las 13.15 horas cuando la Policía recibió el aviso del hijo del matrimonio, quien llamado para decir que sus padres estaban heridos dentro de su casa. Al llegar al lugar de los hechos, los agentes constataron que la mujer había muerto y Emergencias no pudo hacer nada por salvarle la vida. El hombre estaba herido grave. Según fuentes policiales, él le clavó dos veces un cuchillo en el pecho a su esposa y después trató de suicidarse, del mismo modo. Al parecer, también ingirió lejía, para asegurar su propósito, aunque fue sido trasladado todavía con vida al hospital más cercano.

Los hechos de este asesinato encajan dentro de un crimen machista. Pero según cuenta el entorno de los ancianos, podría tratarse de algo distinto. Aparentemente José Julve, o Pepe el valenciano, así le conocen en el barrio debido a que procede de Valencia, no era un marido que maltratara a su mujer, Mari Paz Martínez. Todo lo contrario.

«Los vi hace poco y lo que más sorprendió es que los dos iban cogidos de la mano», subraya Mercedes, vecina de la pareja. «Ellos siempre caminaban uno delante del otro, pero últimamente, andaban cogidos de la mano». Lo que había cambiado estas últimas semanas es que ella había sufrido un ictus -infarto cerebral- del que no se había recuperado bien. «Y Pepe la cuidaba mucho, la llevaba siempre cogida y cada día salían a dar un paseo», confirma Emilio, otro vecino de la misma edad que el hombre y a quien veía diariamente para hablar de fútbol, una de las pasiones del ahora detenido por los Mossos e ingresado en estado crítico. Ni a Mercedes ni a Pepe les consta que hubiera un maltrato previo.

Según estas fuentes vecinales, el grave achaque sufrido por Paz es algo que el matrimonio incluso había ocultado a su entorno más cercano. Pero sí cambió su relación, o eso han percibido en la calle en la que han residido desde finales de la década de los sesenta.