Matilde Agreda Moreno, de 82 años, falleció en la madrugada de ayer en una residencia de ancianos de Almendralejo (Badajoz) a manos de su actual marido, J. G. D., de 85 años. El parricidio se produjo sólo cinco días después de que la pareja contrajera matrimonio.

El trágico suceso se produjo a las cuatro de la madrugada en la habitación que la pareja ocupaba en la primera planta de la residencia Nuestra Señora de la Piedad. El presunto homicida asestó más de una docena de puñaladas a su esposa. La mujer murió en el acto. Poco después, su marido fue detenido y trasladado a comisaría.

La fallecida, natural de Montijo, ingresó en el centro geriátrico hace unos tres meses y tenía tres hijas. Por su parte, el presunto homicida nació en Higuera de Vargas, estuvo casado dos veces (en ambas enviudó), llevaba dos años internado en el geriátrico, y había ejercido de carnicero y de vendedor de cupones de la ONCE.

BODA MUY ANIMADA Aunque la pareja se casó el miércoles 14 de enero, en una ceremonia que se desarrolló en la parroquia de San Roque de Almendralejo, se conocían desde hacía tan sólo un mes. Según los vecinos de la zona, "el ambiente en la boda era muy bueno". "Celebraron una fiesta y se les veía a todos muy animados", explicaron.

Según miembros de la familia de la anciana, los celos parecen ser el móvil del asesinato. J. G. D. creía que su esposa se veía con uno de los internos de la residencia. En una ocasión, destrozó el móvil de la mujer para que no se comunicase con nadie. Tras cometer el crimen, el presunto asesino lanzó el arma por la ventana de la habitación y esperó sentado a que llegase la policía.

La autopsia desveló que la anciana recibió más de una docena de puñaladas. Una de ellas, la que le causó el fallecimiento en el acto, en uno de sus pulmones, y otras, en la zona vaginal.

El detenido prestó declaración en los juzgados de Almendralejo y después fue trasladado a la cárcel de Badajoz, donde pasó la noche. Sin embargo, al tener más de 70 años de edad, no permanecerá en el centro penitenciario, pese a la gravedad del delito que se le imputa.

La familia de la anciana asesinada sólo presentó denuncia contra el acusado y no contra los responsables del geriátrico, que tiene capacidad para 55 internos.