Poco o nada se podía imaginar el pasado 26 de marzo Antonio Leal Belmonte, un vecino de la Carretera de Cádiz, cuando acudió a las urgencias del Clínico con evidentes síntomas del virus, que su estancia en el hospital se iba a prolongar hasta casi once meses más tarde. Este malagueño, conductor jubilado de la demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente de 68 años, constituye el caso más extremo de hospitalización por Covid-19 de Málaga y del resto del territorio español.

Antonio Leal ha sido dado de alta esta mañana en el Hospital Marítimo de Torremolinos, tras estar 324 días hospitalizado, los 74 primeros en la RECU del Hospital Clínico de Málaga (situada en la zona de paritorios del Hospital malagueño) y desde la primera semana de junio en el hospital torremolinense, donde ha estado ocho meses recuperándose de las múltiples secuelas que ha arrastrado por la influencia del coronavirus. Hay que indicar que Antonio superó la infección a finales del mes de abril.

"Ya estoy en casa, gracias a Dios, que es lo más importante. La cosa se ha prolongado más de la cuenta y he sufrido un poquito bastante". comenta entre risas Antonio, quien añade que prácticamente no se acuerda de nada de las semanas pasadas en Cuidados Intensivos. "Ha sido duro, porque tienes el pensamiento constante de que no sabes qué va a pasar contigo", añade.

"Ahora me siento bastante bien, sobre todo si lo comparo con todo lo que he pasado. Lo que quiero es descansar, recuperarme del todo y estar con mi familia. No quiero nada más que estar tranquilo", afirma Leal.

"Estuvo realmente muy grave -comenta su hija Cristina- temimos por su vida, el bicho no perdona ni respeta a nada ni a nadie. Lo peor de la enfermedad han sido las secuelas, que han sido muchas y variadas pero poco a poco se va recuperando, ahora tiene problemas de movilidad, no puede mover un brazo y tiene los pies vendados y no puede andar, aunque poco a poco va aumentando su capacidad respiratoria aunque ha perdido mucha masa muscular", añade su hija, quien ha acompañado a su padre durante todos los días que ha estado ingresado.

Estando en el Marítimo, Antonio tuvo neumonía en el mes de noviembre y su estado se agravó pero poco a poco fue remontando gracias a la ayuda de los sanitarios: "Ha tenido que venir la pandemia para darnos cuenta de la valía de todos los profesionales sanitarios de Málaga y de toda España", comenta Cristina, quien no tiene suficientes palabras de agradecimiento por la labor que llevan a cabo todos los sanitarios de Málaga desde que se declaró la pandemia.

Antonio encara el futuro con optimismo aunque ha sufrido un fuerte impacto emocional y psicológico por mor del virus. "Ahora está muy contento de volver a ver a toda su familia -comenta su hija- ya va comiendo mejor, ahora se está tomando un cafelito y le tenemos aislado en una habitación porque todavía hay que seguir trabajando en su recuperación desde casa".

Cristina califica como "muy duros" los meses pasados en los hospitales pero "gracias a dios los médicos anestesiólogos que le han tratado le han salvado la vida varias veces. Ha sido, sin duda, la experiencia más dura de nuestras vidas. Afortunadamente, podemos contarlo", concluye.