El tramo de Tarragona de la AP-7 volvió a ser ayer al azote de los conductores. Las colas llegaron a los 35 kilómetros entre Vilafranca y Torredembarra. La circulación densa empezó a las diez de la mañana, y en dos horas y media, la AP-7 se colapsó. Los primeros problemas se registraron en el peaje de Martorell (Barcelona), con dos kilómetros de retenciones. Entre el Vendrell y Roda de Bar , la cola se había multiplicado por cuatro y había que aguantar otros tres kilómetros más hasta Tarragona. Los conductores consultados aplaudieron las declaraciones del alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), que aboga por suprimir los peajes troncales.

La alternativa de la N-340 tampoco fue útil. Tarragona registró en esa vía cinco kilómetros de cola en cada sentido y cuatro más Cambrils.