La zona cero de Can Vies es uno de los puntos más fotografiados de Barcelona en estos últimos días. Un edificio a medio derruir, una excavadora incendiada con la palabra guerra escrita en el trasero, escombros y vigas colgantes y un frontis de vías ferroviarias dentro de un cajón de cemento que también trajo cola. La escalada iniciada el lunes con el desalojo, pero sobre todo con el inicio de la demolición de Can Vies, parece tener cuerda para rato a pesar de que el alcalde ordenara ayer detener el derribo de las dos fincas que configuraban uno de los templos del movimiento okupa. Los jóvenes no cogieron el guante municipal y se negaron a negociar. Es más, exigieron que Xavier Trias y el concejal del distrito, Jordi Martí, dimitan, entre otras demandas de difícil cumplimiento que llevaron a los intermediarios vecinales a pedirles que reconsideren su posición porque su cerrazón puede girar en su contra.

Can Vies ha acumulado simpatías en Sants a lo largo de sus 17 años de vida. Pero los miembros del Centro Social de Sants que el jueves por la tarde se reunieron con Martí para buscar una salida al conflicto tienen una cosa clara: en el distrito están por la supervivencia de este local simbólico, pero por encima está la paz social y evitar la quema de contenedores y las cargas policiales debajo de casa. Esta creciente sensación de inseguridad quizá juegue a favor del consistorio, que ayer, después del desplante de los okupas, mandaba un fraternal comunicado en el que pedía "predisposición a todas las partes para alcanzar una solución acordada y satisfactoria".

GESTOS ÉPICOS Lluís Rabell, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), que forma parte de los negociadores, fue ayer contundente a la hora de referirse al atrincheramiento del colectivo de Can Vies: "Un gesto épico puede suscitar el apoyo de algunos sectores juveniles, pero a la hora de consolidar la solidaridad del barrio, puede hacerles perder fuelle porque la gente no quiere verse abocada a una confrontación constante". "No somos sus padres, que cada uno asuma su propia responsabilidad, pero su postura está siendo inmadura", defendió el líder vecinal.

CONCENTRACIÓN EN MADRID Un centenar de personas, rodeados de un amplio dispositivo policial, se concentraron ayer por la tarde en la Puerta del Sol de Madrid en protesta por las detenciones realizadas tras el desalojo de Can Vies.

Convocados por varios colectivos y mareas sociales, encabezados por la Coordinadora 25S, los congregados se han reunido a las ocho de la tarde en la céntrica plaza madrileña tras una pancarta en la que se leía "No pasarán. Madrid con Can Vies" para denunciar la "represión policial" en los disturbios de la ciudad condal.