Si usted es corredor, a su alcance hay todo un mundo de appstentándole porque si lleva su móvil encima podrá, gracias a los sensores, saber cuántos kilómetros ha recorrido, en cuánto tiempo y qué esfuerzo físico supuestamente ha hecho. Ahora imagine lo mismo con los ciclos menstruales, las alergias o los problemas de visión. Por no hablar de apps que piden datos sobre lo que comemos para calcular cuántas calorías usamos o las de dejar de fumar, que van midiendo esfuerzos. Y ahora imagínese a alguien que sobre su forma física tuviera que aprobarle un seguro de salud. En Europa es ilegal usar toda esta información, en EEUU puede asociarse.