El funcionario que investigó el trato de favor que recibió Mario Conde en la madrileña cárcel de Alcalá-Meco descubrió que los archivos informáticos donde quedan registradas las visitas familiares de los presos estaba vacío en el apartado del exbanquero. Es decir, según esa información, el expresidente de Banesto no habría tenido ningún encuentro.

El funcionario, entonces, se dirigió al libro de entradas --en el que se apuntan a mano los datos de todas las personas que entran en la prisión-- y allí fue donde observó el fraude, según informaron ayer fuentes penitenciarias. El libro demostró que, durante 18 meses, el exbanquero recibió seis visitas al mes y no una, como tienen derecho el resto de presos. Las de Conde, además, se realizaron durante más de tres horas y en horario de tarde. Los otros reclusos sólo disponen de una hora y siempre por las mañanas.

El funcionario entregó el pasado martes su informe a la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Al día siguiente, Gallizo relevó al director de la prisión, Jesús Calvo, que llevaba 12 años en el cargo y estaba de vacaciones. Además, la responsable de las prisiones anunció que Conde tendrá el mismo tratamiento que el resto.

VENTAJAS El exbanquero --condenado a 18 años de cárcel por el caso Banesto y el caso Agencia Trust -- es uno de los llamados internos de confianza. Es decir, aquéllos que realizan una serie de trabajos en el centro y, por ello, logran algunas ventajas.