Se identificaba como policía y les preguntaba por su situación legal. Les decía que debían portarse bien con él para que emitiera un informe favorable y no perjudicarlas. Siempre iba solo y en ocasiones les mostraba una placa de pequeño tamaño para intentar intimidarlas. En uno de esos controles en los pisos donde estaban las víctimas, logró obtener sexo gratis. Pero precisamente la exhibición de esa placa falsa hizo sospechar a las mujeres; fueron ellas mismas quienes lo denunciaron.

De este modo, agentes de la Policía Nacional detuvieron el pasado 24 de mayo a este hombre, de 38 años, como presunto autor de un delito de abuso sexual y usurpación de funciones públicas. Actuaba en viviendas de Badajoz y Almendralejo destinadas a la prostitución.

La investigación comenzó hace varios meses cuando algunas de las víctimas dieron la voz de alarma. El detenido, con antecedentes, fue trasladado a dependencias policiales para tramitar el correspondiente atestado.

Diferentes visiones

Tanto desde la Policía Nacional como las asociaciones que atienden a mujeres prostituidas coinciden en que cada vez son más frecuentes este tipo de pisos (habitualmente viviendas en alquiler) en Extremadura.No obstante, la versión policial dice que, en este caso, las mujeres «proporcionaban voluntariamente servicios sexuales». «En todos los pisos que tenemos controlados, ellas están de forma voluntaria -insisten-. De hecho, salen de los clubs de carretera para irse a estos pisos porque así tienen más libertad», asegura un portavoz policial.

Su visión difiere de la de entidades como la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura: «Las mujeres están constantemente rotando entre clubs, pisos y cortijos, pero en ningún momento lo hacen voluntariamente. Son víctimas de la explotación sexual y en muchos de la trata, esto es, son esclavas», subrayan con rotundidad.