El presunto asesino de Lorena Dacuña, la gijonesa de 41 años que apareció muerta el lunes en su piso de La Calzada, se encuentra ya en dependencias policiales como único acusado de este nuevo caso de violencia machista en Gijón. Tal y como se barajaba desde el principio, se trata de la expareja de la víctima, José Manuel S. M., un hombre con antecedentes por malos tratos que llevaba escondido desde el sábado -cuando presuntamente apuñaló en el estómago y dejó morir desangrada a su víctima- y que ayer por la tarde fue detenido en un piso de la calle San Luis, próximo al parque de Zarracina. Horas antes, el detenido había sido localizado en un bar de la zona. La investigación policial sigue abierta, y bajo secreto de sumario, para determinar si contó con ayuda para esconderse.

Las labores de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) dieron sus frutos tras 48 horas desde la localización del cadáver. Como el crimen se cometió el sábado de madrugada, el principal temor para los investigadores era que el sospechoso hubiese huido de la ciudad, porque hasta el lunes al mediodía no se localizó el cuerpo y ese intervalo era tiempo suficiente para poner tierra de por medio. No obstante, ante los escasos recursos económicos y los nulos movimientos en su cuenta bancaria -tampoco su teléfono móvil daba señal alguna-, los agentes mantenían la esperanza de que estuviese escondido en la ciudad. De hecho, la investigación siempre estuvo centrada en Gijón, según cuenta 'La Nueva España'.

La reconstrucción de las últimas horas de vida de Lorena Dacuña resultó clave para detener a José Manuel S. M.. Se realizaron entrevistas a sus amigas y a las personas que hablaron con ella o la vieron con vida por última vez. Esas labores permitieron acotar temporal y físicamente el crimen, que se produjo presuntamente cuando ella volvía de fiesta a su domicilio en la madrugada del sábado. A partir de ahí, la revisión de las cámaras de seguridad y los vestigios encontrados en el domicilio de la calle Callao donde apareció el cadáver centraron las pesquisas en su expareja, que tenía fama de violento, celoso y de hasta haberla agredido.

Los investigadores establecieron "un amplio, discreto y efectivo dispositivo de búsqueda", describen fuentes policiales, por toda la ciudad. De hecho, la presencia de vehículos camuflados y con distintivos se incrementó desde el lunes en Gijón. Las diversas informaciones que llegaban a Comisaría con ciudadanos asegurando que habían visto al sospechoso también contribuyeron a ello. Parecía cuestión de horas que atrapasen al sospechoso. Al final, todo el trabajo realizado -el crimen de Lorena Dacuña se convirtió en "absoluta prioridad" para la Policía Nacional- dio sus frutos ayer a las 18.45 horas. Fueron los agentes de la Udev y de la Ufam quienes se desplazaron hasta un piso de la calle San Luis para detener a José Manuel S. M., en una habitación que tenía allí alquilada.

El detenido se encuentra ya en los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo, donde los investigadores le tomarán declaración en presencia de su abogado en las próximas horas. Todo apunta a que pasará el viernes a disposición judicial, aunque los investigadores tratarán de agilizar las diligencias. Por el momento el caso se encontraba en el Juzgado de Instrucción número 3, cuyo titular decretó el secreto de sumario, pero al confirmarse la hipótesis de que el presunto asesino mantuvo una relación sentimental con la víctima durante ocho años el procedimiento pasará a manos del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Gijón.

Las labores policiales, pese a la rápida detención, se mantienen completamente activas. Lo prioritario es determinar si contó o no con ayuda para esconderse y descartar cómplices. También están pendientes de los análisis de las pruebas obtenidas en la escena del crimen para situar allí al acusado.