El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, aprovechó ayer la festividad del patrón de España en la capital gallega --día grande del Xacobeo-- para defender la heterosexualidad del matrimonio y el respeto a la vida, y para reivindicar el derecho de la Iglesia a opinar sobre temas políticos, en presencia de los reyes, Juan Carlos y Sofía; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, y medio centenar de altos cargos católicos de distintos países.

En respuesta a la ofrenda del Rey, Barrio dijo que el matrimonio "es esencialmente heterosexual y base ineludible de la familia, cuya quiebra supone una ruptura de la sociedad haciéndola vulnerable a intereses que nada tienen que ver con el bien común". El arzobispo compostelano mostró así su apoyo a la nota difundida hace algunos días por el comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal, en la que se aseguraba que "el matrimonio no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón".

Barrio precisó que, ante la ausencia de normas religiosas, "los derechos se ven reducidos a falsas formas secularizadas de humanismo que siembran confusión y debilidad moral distorsionando el plan de Dios sobre el amor y la fidelidad, sobre el respeto a la vida en todas sus etapas naturales, sobre la vivencia del tesoro de la afectividad y sobre el matrimonio, esencialmente heterosexual". Según el arzobispo, la Iglesia puede "emitir un juicio moral también sobre lo que afecta al orden político cuando lo exigen los derechos de las personas o la salvación de las almas".

En un discurso anterior a la homilía, el Rey no hizo mención al modelo familiar, pero sí a las víctimas de los atentados del 11-M y a la injusticia de las guerras, y recordó a los grupos sociales que se sienten marginados. En un párrafo final que leyó en gallego elogió el esfuerzo para combatir el vertido del Prestige .

CRITICAS Así como las palabras del Rey tuvieron una buena acogida, las del arzobispo de Santiago no sentaron bien entre los homosexuales ni entre los partidos de izquierda. De hecho, la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales calificó de "indignante" el discurso de Barrio, y dijo que el jefe del Estado y el presidente del Gobierno no deberían asistir a ceremonias religiosas como si fueran actos oficiales.

Por eso exigen al Ejecutivo que aborde "ya" la separación efectiva entre la Iglesia y el Estado, "pendiente desde la transición". En la misma línea abundaron fuentes del PSOE --"en España se gobierna desde el Parlamento y no desde un púlpito"-- y de Izquierda Unida.