«Manipuladora, egocéntrica y fría». Así describieron ayer los responsables de la Guardia Civil que han resuelto el crimen de Gabriel Cruz a Ana Julia Quezada. El juzgado de instrucción 5 de Almería la acusa de asesinato, detención ilegal y un delito contra la integridad moral, y ha ordenado su ingreso en la prisión de El Acebuche.

Su perfil encaja con las conclusiones de los investigadores que apuntan a que Ana Julia «preparó» el asesinato y lo cometió movida por los celos que sentía hacia el hijo de su pareja. Todo indica que la mujer tenía planes de futuro con Ángel Cruz que el niño entorpecía. «Ángel adoraba a su hijo y lo primero era el niño. Pasaban juntos todo el tiempo que podían», aseguró el comandante de la UCO Juan Jesús Reina ayer en la subdelegación del Gobierno de Almería.

SOSPECHOSA DESDE EL PRINCIPIO / El teniente coronel José Hernández, de la comandancia de Almería, explicó que Ana Julia fue sospechosa desde el principio, «dado su pasado en Burgos» y por su «actitud extraña». Esa línea de investigación «cogió fuerza» después de que el 3 de marzo la mujer simulara encontrar la camiseta interior de Gabriel en un camino de Las Negras que ya había sido inspeccionado. «Creemos que no solo la puso allí para despistar. Muy cerca de donde la colocó vive un exnovio suyo al que ya había intentado señalar», confirmaron los dos investigadores. El teniente coronel añadió que «la camiseta es una especie de guiño [de Ana Julia] a Ángel, le daba esperanzas al padre para que siguiera buscando al niño».

La Guardia Civil dispuso entonces un dispositivo de vigilancia y comprobó que la mujer frecuentaba la finca de Rodalquilar. «Aunque registramos la propiedad donde Ana Julia había ocultado el cadáver antes de que lo cambiara de sitio, no vimos indicios de que el niño estaba allí porque la búsqueda estaba enfocada a encontrarlo con vida, se actuó de un modo determinado que muchas veces limitaba el trabajo», apuntó el comandante de la UCO. Pero, según el resultado de la autopsia practicada al cuerpo de Gabriel, la mujer acabó con la vida del niño el mismo día que desapareció.

LO TUVO EN UN AGUJERO / Los investigadores confirmaron además que Ana Julia actuó sola y que el cadáver del niño estuvo en un «agujero» de la finca de Rodalquilar, «tapado por tablones de madera y piedras decorativas» hasta el 11 de marzo, cuando, con el foco de la investigación sobre ella, «improvisó» e intentó mover el cuerpo en su coche. La Guardia Civil la detuvo en Vícar y encontró a Gabriel en el maletero de su vehículo. El menor estaba «semidesnudo, vestido solo con calzoncillos».