La jueza que investiga el crimen de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, cuyo cadáver fue hallado calcinado el pasado 4 de mayo en el maletero de su coche, envió a prisión a su expareja, Rosa P., y al supuesto amante de esta, Alberto L., ambos también miembros de la policía local barcelonesa y detenidos el pasado sábado. Ambos se acusan mutuamente de haberle matado.

La primera hipótesis de los investigadores de los Mossos es que se trata de un crimen pasional. Pedro descubrió que Rosa y Alberto -antiguos novios- eran amantes y la revelación desencadenó una pelea que terminó en un homicidio. Según esta hipótesis, Rosa y Alberto decidieron conjuntamente deshacerse del cuerpo de Pedro escondiéndolo en el maletero de su coche, conduciendo hasta un camino de tierra junto al pantano de Foix y prendiendo fuego al vehículo.

Esta sería la explicación más simple. Pero existe otro móvil que no han descartado. Rosa y Alberto coincidieron en un grupo (USD) ubicado en la comisaría de la Zona Franca que trabaja durante los fines de semana.

Alberto, dentro de esta unidad, se ha visto implicado en tres episodios oscuros, siempre con manteros. Fue juzgado y absuelto por pegar a un vendedor en el metro el domingo 3 de julio del 2011. Fue juzgado y condenado por dar una paliza con su porra extensible a un mantero senegalés el sábado 24 de agosto del 2012. Fue también protagonista en un suceso que terminó de la peor manera, con otro vendedor ambulante fallecido el sábado 9 de agosto del 2014, en la montaña de Montjuic. Ese día, estaba junto a Rosa.

Según un informe publicado por el diario Ara, Alberto y Rosa declararon entonces que el mantero, de 50 años y natural de Utrillas (Teruel), cuando fue sorprendido por ambos -vestidos de paisano-, abrió una navaja y trató de atacarlos. Rosa presentó un corte superficial en la pierna. Tras intentar calmarlo, el vendedor ambulante saltó de espaldas por un terraplén. Murió más tarde en el hospital como resultado de las heridas causadas por la caída.

CASO BAJO SOSPECHA / Los Mossos han desempolvado esta carpeta del 2014, que en su día terminó archivándose judicialmente. La hipótesis que estudiarían es que el móvil que impulsó a Rosa y a Alberto a terminar con la vida de Pedro fue que este, tras descubrir que eran amantes, los amenazó con revelar lo que sucedió en Montjuic. Oficialmente, la policía catalana solo admite que están estudiando todas las posibilidades y que, si aparecieran nuevos datos acerca de este episodio, la jueza podría reabrirlo. Algo que, de momento, no ha sucedido.

Rosa acusa a Alberto de asesinar a su novio Pedro. Fuentes judiciales señalan que la mujer declaró ante el juez que Alberto se presentó enfurecido en su domicilio de Vilanova i la Geltrú. Le pidió a Rosa que subiera al piso de arriba con sus hijas y, a continuación, mató a Pedro y requirió la ayuda de la mujer para deshacerse del cuerpo, a lo que ella accedió coaccionada por el miedo. La versión de Alberto es distinta, ya que asegura que fue Rosa quien pidió su ayuda, cuando esta ya había matado a Pedro, para deshacerse del cadáver.

La jueza los envió a ambos a la cárcel tras escucharlos durante la jornada del martes en el juzgado de Vilanova en el que se instruye una causa que sigue bajo secreto de sumario.

De lo que no hay duda es de que, según sus propias explicaciones, el asesino de Pedro es uno de ellos. El móvil que los impulsó sigue sin estar claro. Como tampoco lo está el pasado en la unidad USD que comparten Rosa y Alberto.