El detenido por la muerte violenta de Mònica Borràs, la mujer desaparecida en Tearrasa en agosto del 2018, habría atacado a su víctima con un hacha, según se desprende de la investigación. El juez acordó ayer la prisión provisional del asesino confeso, Jaume B. A., que se negó a declarar.

El togado sostiene que existen indicios contra el arrestado tras el análisis del móvil de la víctima, de la actividad bancaria después de su desaparición y la existencia de una «agresión mutua» entre el acusado y su exnovia cuatro días antes. El auto de prisión subraya que Mónica fue «víctima de un ataque contra su vida» en el interior de su domicilio de Terrassa por parte de Jaume B. A. Y concreta que la agresión se produjo el 7 de agosto del 2018 entre las 9.59 horas y las 10.47 horas. Después, el detenido enterró a la mujer en el patio de la casa. Tras descubrirse el cuerpo sin vida de la mujer, Jaume B. A, confesó a la policía el crimen y reconoció que el cadáver hallado era el de su expareja. La resolución detalla que explicó que «no recordaba exactamente el número de golpes que le dio». Uno de los indicios es que el móvil de la víctima tuvo una gran actividad antes de su desaparición, hasta las 9.59 horas . A partir de esa hora, dejó de funcionar hasta las 19.12 horas de ese día. «Esa falta de actividad en el aparato telefónico, era «extraño» en la víctima, pues era una «persona muy dependiente» de su móvil y sus aplicaciones, según los testigos, describe. El inculpado no tiene coartada para esa franja horaria.

El auto también recoge que el detenido no contactó con nadie del entorno de la víctima y que se registró un traspaso de dinero entre la cuenta bancaria de la víctima y la suya al día siguiente del crimen, así como una posterior anulación de una tarjeta de crédito, la solicitud de otra y la retirada de dinero con la misma meses después.