El virólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Luis Enjuanes, que lidera el desarrollo de una de las tres vacunas del organismo científico frente al covid-19, ha afirmado que su inyección podría estar lista dentro de un año; asimismo, ha destacado las ventajas de la misma, como su administración intranasal, su actualización con respecto a las nuevas variantes, y la certeza de que las personas vacunadas no solo no enfermarían, sino que tampoco transmitirían el SARS-CoV-2.

Así, ha detallado que es "muy posible" que la que desarrolla su colega Mariano Esteban, que usa un vector viral con el que ya han fabricado 7 vacunas, esté lista para finales de año. Por otro lado, señala que la de Vicente Larraga va "bastante avanzada" y es "fácil de producir", por lo que podría ser la segunda en salir. "La nuestra, si todo va bien, será la tercera, pero no estará lista antes de principios de 2022", ha anunciado.

"Saldremos más tarde, pero con todo actualizado", afirma Enjuanes, que desarrolla su actividad en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), sobre su vacuna. Se refiere, por ejemplo, a que en los ensayos han incorporado las mutaciones de las variantes del SARS-CoV-2 de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. "Las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca son efectivas, pero no perfectas: hay que dar dos dosis y la gente vacunada, aunque está protegida de sufrir una patología intensa y morir por covid, también se infecta y puede diseminar el virus", ha expresado.

En concreto, Enjuanes ha especificado que su vacuna es autoamplificable, lo que significa que la dosis de ARN que se inyecta puede multiplicarse por 5.000 veces dentro del organismo; además, genera una inmunidad esterilizante, es decir, las personas vacunadas no solo no enferman, sino que tampoco se infectan ni transmiten el virus. Por otro lado, su administración podría ser intranasal, "lo que da mayor protección en las vías respiratorias, la principal puerta de entrada del coronavirus", ha señalado.

Así, afirma, su vacuna es "original", ya no se ha hecho ninguna de este tipo. "Está basada en la manipulación genética del propio SARS-CoV-2, del que hemos derivado un replicón de ARN, que multiplica la dosis génica que desencadena la protección", concretiza. "Esa parte ya está definida", prosigue, antes de añadir que necesitan "tecnologías complementarias para la administración de la vacuna".

Así, ha anunciado que "de aquí al verano" realizarán los ensayos con ratones y hámster y, si todo va bien, harán lo mismo con macacos. Por ello, ha vaticinado que la inyección estará lista en el primer trimestre de 2022, ya que para entonces se habrán obtenido datos de ensayos clínicos para probar la seguridad de la vacuna y poder administrarla entre la población. "Nos gustaría ir más deprisa, pero es un modelo nuevo y requiere tiempo", ha argumentado.

En este sentido, ha explicado que otras vacunas, como la de AstraZeneca o la del CSIC que desarrolla Mariano Esteban, se basan en vectores conocidos y por tanto aprobados por las agencias reguladoras de medicamentos. "Eso les permite correr más", afirma. "Nosotros, antes de hacer la vacuna contra el SARS-CoV-2, ya habíamos desarrollado otra similar para el virus MERS que era muy eficaz en los modelos animales experimentales y que inducía a una inmunidad esterilizante, esto es, cuando inmunizamos a ratones humanizados modificados genéticamente y tratamos de infectarlos 3 semanas después, el virus no podía entrar porque estaban muy bien protegidos, y eso no ocurre con las otras vacunas", explica.

Administración intranasal

En lo que respecta a la administración intranasal de su vacuna, el virólogo afirma que "las agencias que controlan la seguridad de los medicamentos prefieren la intramuscular, que se ha usado más y es segura". Sin embargo, continúa, no es la más adecuada porque "induce una inmunidad general en todo el organismo, sistémica, y menos fuerte en las mucosas". "Este virus entra prioritariamente en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, por eso si administras la vacuna intranasalmente, inmunizas esa zona y la protección es mayor", remacha. "Nosotros vamos a por una vacuna intranasal y de una sola dosis muy potente", sentencia.

Por otro lado, reitera que su vacuna, al basarse en un ARN autorreplicante, induce una inmunidad no solo de alto nivel, sino también de larga duración. "En principio, nuestra vacuna debería ser más inmunogénica que las que se están suministrando ahora, porque además incluye varias proteínas del virus; ahora bien, esa duración, para cualquier vacuna que induzca una inmunidad en las mucosas respiratorias, puede ser de 1, 2 o como máximo 3 años", detalla.

En este sentido, incide en que su vacuna incluye las mutaciones de los virus del Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, y seguramente también de alguna variante de EEUU que ha aparecido en California y Nueva York. "En todo caso, si esto sigue así, habrá que actualizar las vacunas cada año, como sucede con el virus de la gripe, en función de las variantes que surjan", apunta.

En lo que respecta a la campaña de vacunación actual, ha defendido que hay que llegar al 70 por ciento de la población inmunizada. "Si esperamos 2-3 meses más, solucionaremos el problema, ya que, con el 70 por ciento vacunado, el virus se extingue de forma natural: cuando va a infectar a una persona, fracasa en el 70 por ciento de los casos", concluye.