Cuatro mandriles consiguieron escapar de un centro de investigación situado en Texas, Estados Unidos. Y lo más sorprendente de su fuga fue el método: un pequeño grupo de primates hicieron rodar un barril, lo colocaron junto a la valla y lo usaron como escalera, para saltar más alto y alcanzar el exterior. En cuanto el personal del centro detectó la fuga, se inició una carrera por los alrededores del complejo. Un vídeo, compartido por ‘Newsweek’, muestra un momento de la persecución.

En las imágenes captadas por un testigo de esta gran evasión frustrada, Dorian Reyna, se observa como el personal del centro utiliza mascarillas, aunque el Texas National Primate Research Center ha puntualizado que se usan para proteger a los mandriles de las enfermedades humanas, y no al revés.

Los bidones de 200 litros utilizados en el plan de fuga de los mandriles ya han sido eliminados del recinto para evitar nuevos episodios en el controvertido Texas National Primate Research Center, un imponente centro con capacidad para miles de primates cuyas instalaciones puede recordar a los laboratorios GEN-SYS de la película ‘El origen del planeta de los simios’.

Si en la película de ciencia ficción protagonizada por Will Rodman (interpretado por James Franco) los científicos trabajan con chimpancés para desarrollar una cura para el alzhéimer, en el centro de investigación biomédica tejana también buscan fundamentalmente tratamientos para combatir enfermedades como el ébola y el VIH.

Frente a las críticas recibidas por los animalistas, los responsables del centro defienden la necesidad de experimentar en “animales grandes y complejos” como los primates para progresar. El doctor Robert Lanford, director del centro, con más de 40 años de experiencia en el campo de la virología, asegura que los simios son “fundamentales para desarrollar curas” que permitan a los seres humanos “tener unas vidas más longevas y saludables”.

Según la página web del centro, los animales “reciben una gran atención de profesionales veterinarios”. “La mayoría de nuestros primates están alojados en grandes recintos con áreas interiores climatizadas y áreas al aire libre con estructuras de escalada, perchas y columpios para simular mejor sus entornos naturales”, añaden los responsables del centro, algo parecido a una jaula de oro para miles de titís, mandriles, chimpancés y macacos.

Inspección

El centro recibió precisamente este mes la inspección anual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (el USDA, por sus siglas en inglés). "Estamos complacidos con la inspección, durante la cual expresaron su aprecio por las mejoras de las instalaciones que hemos realizado el año pasado, así como nuestro enfoque en la prevención y el enfoque proactivo para la resolución de problemas cuando ocurren eventos adversos", ha escrito Lanford.

Los inspectores del USDA recogen en su informe un único incidente. Al parecer, dos macacos machos, que normalmente permacen separados para evitar conflictos, inexplicablemente entraron en contacto durante la limpieza de las jaulas. Los dos macacos acabaron con lesiones. “Los monos fueron separados inmediatamente y proporcionaron atención veterinaria. Ambos animales se recuperaron y están de vuelta dentro de la colonia”, aseguran los responsables del centro, que mejorará sus protocolos para evitar más enfrentamientos.

Animales y herramientas

Los simios no son los únicos animales capaces de usar herramientas con un objetivo. Los delfines, por ejemplo, se sirven de esponjas marinas para remover la arena y descubrir su presa. Los elefantes, por su parte, conocidos por su enorme cerebro, han utilizado piedras para sortear vallas electrificadas.

Asimismo existen imágenes de pulpos utilizando cáscaras de coco como refugio, incluso como escudo, y cuervos usando ramas y hojas no solo para obtener comida sino también para obtener otras herramientas. Esto último es conocido como uso de herramientas secuencial y coloco a estas aves de aspecto entre los animales no mamíferos más inteligentes.