España, siestas largas y cenas a las 22.00 horas. Esta es la imagen que da del país el diario 'The New York Times' en un artículo que publica este martes y en el que subraya que la crisis económica ha llevado a replantear los horarios del país. El reportaje, titulado 'Spain, Land of 10 P.M. Dinners, Asks if It’s Time to Reset Clock' (España, el país de las cenas a las 22.00 horas, se pregunta si es momento de cambiar el reloj) y firmado por Jim Yardley, explica que mientras en otros países se preparan para irse a dormir, en España se cena y empieza el horario 'prime time' en televisión.

"Es la identidad española, comer a otra hora, dormir a otra hora", relata al periodista estadounidense el madrileño Jorge Rodríguez que, aunque trabaja al día siguiente, ha quedado con unos amigos para ver un partido de fútbol en un bar. Tras subrayar que "casi un cuarto de la población española está viendo la tele entre medianoche y las 01.00 de la madrugada" y que "España funciona con su propio horario y su propio ritmo", Yardley afirma que "la devastadora crisis económica" ha llevado al país a buscar medios para ser más productivos, "más en sintonía con el resto de Europa" y a plantearse "si adopta un horario más regular".

"Cambio fundamental" de vida

Un cambio que el diario aventura no será fácil ya que supone un "cambio fundamental en la vida española", donde "muchos españoles se toman un largo descanso al mediodía para comer y hacer la siesta". Con un nuevo horario, este periodo quedaría reducido a una hora o menos, los programas de televisión en 'prime time' empezarían una hora antes y la jornada laboral sería de 9 a 5.

El diario, que recoge las opiniones de defensores del nuevo horario como Ignacio Buqueras o Paula del Pino, señala que por ahora el Gobierno no ha tomado ninguna decisión ante las voces que reclaman que España vuelva al horario de Greenwich (una hora menos que ahora), que tenía antes de que Francisco Franco decidiera adelantar una hora los relojes para ir con el mismo horario que la Alemania nazi.

"Basta de tópicos"

El artículo ha suscitado numerosos comentarios de lectores. Los estadounidenses, en tono bromista, instan a dejar que España disfrute de su modo de vida, mientras que los españoles critican los "tópicos" del artículo. "He trabajado en Madrid durante 30 años y nunca he hecho la siesta", apunta una lectora desde la capital de España. "No hay otra cosa de la que hablar de España que de la siesta. Tengo 54 años y nunca he hecho la siesta, ni llevo vestidos de flamenca y nunca he bailado sevillanas. Basta de publicar tópicos", reclama otra lectora de Madrid. Otro lector, desde Barcelona, explica que el problema "no es la cultura de la siesta", sino los horarios hasta las 20.00 horas que las compañías imponen a sus trabajadores.