La plataforma elevadora del cementerio de Carlet, en València, estaba vieja y oxidada y su uso no hacía presagiar nada bueno, pero se colapsó en el peor momento. A mediodía de este martes se vino abajo durante un entierro. Justo cuando los operarios luchaban para conseguir que el ataúd de una mujer pudiera introducirse en un nicho situado en una cuarta altura. Uno de los apoyos cedió y la estructura se desmoronó, adelanta 'Levante', del mismo grupo editorial que 'El Periódico de Catalunya'.
El peor parado fue un empleado de la funeraria que se llevó un fortísimo golpe en la cabeza. Se abrió una herida sangrante en la frente y tuvo que ser evacuado en ambulancia. Y la familia de la difunta, indignada por lo sucedido, exigió a las autoridades locales que se se hicieran cargo de la enojosa situación provocada por el deficiente servicio público que acababan de sufrir y le entregaran un féretro nuevo, dado que el suyo se había desencajado tras la caída, aunque por fortuna no llegó a abrirse. El incidente retrasó mucho la inhumación.
Los parientes y amigos de la mujer fallecida, que ni siquiera alcanzaba la cincuentena, comenzaron a inquietarse cuando observaron que los operarios se mostraban incapaces de arrastrar el féretro hacia el interior de la sepultura, situada en la cuarta trama de nichos, la más alta, dado que los rodillos de la máquina elevadora estaban tan oxidados que no facilitaban la operación. En ese momento, según uno de los testigos presenciales, se fracturó una de las patas de la plataforma y se precipitó al suelo. El golpe que sufrió el ataúd fue brutal, pero todavía peor resultó comprobar que el desplome de la plataforma le había causado una herida abierta al trabajador de la funeraria.
TENSIÓN EN EL CEMENTERIO
Contrariados e irritados, los familiares se negaron a completar el entierro hasta que el ayuntamiento aportara un nuevo féretro. La base del ataúd que ocupaba el cadáver estaba completamente descoyuntada al saltar los clavos y también se habían desencajado las bisagras de la tapa superior.
