Atlantia, responsable del puente hundido de Génova, se comprometió ayer a ofrecer una ayuda de 500 millones de euros a las famílias de las víctimas y a quienes se han visto forzados a dejar sus casas por hallarse en la zona del siniestro. El coloso de las infraestructuras aseguró también que construirá un nuevo viaducto en ocho meses.

Ambos anuncios fueron realizados cuatro días después del trágico hundimiento y poco después de que en Génova se celebrasen unos funerales oficiales, con la presencia del presidente de la República y el Gobierno y la ausencia de las familias de 20 víctimas mortales, que no acudieron para expresar su repudio a los políticos. La cifra de muertos aumentó ayer a 43 tras el hallazgo de cuatro cuerpos entre los escombros y el fallecimiento de uno de los heridos.

«Con profunda tristeza compartimos el dolor de las familias de las víctimas», dijo Fabio Cerchiai, presidente de Autostrade, filial de Atlantia. Añadió que la empresa hará «cuanto esté en sus posibilidades para aliviar sus sufrimientos». «Pedimos disculpas por no haber sido capaces de hacer sentir nuestra cercanía», señaló Giovanni Castellucci, consejero delegado de la concesionaria, que anunció que, de acuerdo con el ayuntamiento y el gobierno regional, se ha constituido un fondo para las primeras exigencias de las familias de las víctimas y que el objetivo es preparar un proyecto «serio y sólido» para reconstruir el puente cuanto antes.

RECONSTRUCCIÓN / «Ocho meses entre demolición y reconstrucción, con una estructura en acero que tenga un menor impacto sobre el valle de Polcevera», nombre del torrente que transcurre por debajo del puente desplomado. Dado que será necesario derribar 11 edificios también «ha sido pensado un fondo de indemnización para quienes tengan que abandonar sus casas», agregó. Poco antes, en la catedral, Angelo Bagnasco, cardenal de la ciudad, dijo que «el viaducto no era solo un tramo importante de autopista, sino una vía necesaria para la vida cotidiana de muchos, una arteria esencial para el desarrollo de la ciudad». «Génova no se rinde», proclamó.

Castellucci no quiso comentar la decisión del Gobierno italiano de abrir el procedimiento para retirar a Autostrade la concesión de gestión de las carreteras italianas por considerarla culpable del accidente pues se debería haber ocupado del mantenimiento del puente. Sobre las responsabilidades de la firma en el derrumbe, el consejero delegado de Autostrade aseguró que «todos los informes que habían hecho» sobre el puente Morandi «mostraban que estaba bien», pero añadió que «de esto se ocuparán los peritos y el examen de la magistratura».

Especificaron que este puente, de los años 60, no fue construido por la empresa y por tanto «habrá que ver cómo fue construido y otros elementos para poder definir las responsabilidades en este siniestro que tiene que ser investigado a fondo».«Todos queremos saber lo que ha pasado. Sentimos toda la responsabilidad social.» señalaba Castellucci.