Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) han viajado a una remota región del Artico canadiense para quedarse atrapados, literalmente, en medio del mar helado. No están en peligro, pero la única manera de moverse es el rescate con helicóptero. Latitud: 70ºN. Temperatura: hasta --55º. Viento: terrible. Visibilidad: escasa. Sólo con estas condiciones extremas podrán sacar adelante sus objetivos científicos, la mayoría relacionados con el cambio climático, como el efecto del deshielo en el plancton y las algas.

Los biólogos del CSIC --10 en total-- participan en un ambicioso programa canadiense, coordinado por la Universidad de Laval, que se desarrolla a bordo del Amundsen, un rompehielos con los últimos avances en tecnología oceanográfica. Junto a ellos trabajan investigadores de Japón, EEUU, Rusia y otra media docena de países.

El barco partió el 15 de septiembre desde Quebec con destino a la Franklyn Bay, cerca de Alaska, una ruta que sólo está expedita en verano. El objetivo era fondear antes de que llegara el invierno y esperar pacientemente el avance del hielo. Y así fue. "El buque está ahora inmóvil, encorsetado por una capa de dos metros de grosor", dice Oscar Guadayol.

Aunque el rompehielos está atrapado, los investigadores se turnan cada seis semanas. De su traslado y de la intendencia (material y comida) se encarga un helicóptero que puede aterrizar en el buque, aunque también es posible posarse con avioneta sobre el hielo. La tripulación habitual la forman 50 investigadores y 30 guardacostas canadienses. La delegación del ICM-CSIC, encabezada por Carles Pedrós-Alió, investiga concretamente el papel de los microorganismos planctónicos en el ciclo de la vida.

A salvo de los osos

El buque lleva un aparato que permite hacer prospecciones en el mar a través de un agujero en el casco, pero para muchos de los trabajos es imprescindible bajar a tomar muestras. Los biólogos deben hacerlo acompañados de alguien con rifle, normalmente un indígena inuit, "que son quienes mejor conocen los movimientos de los osos", dice Guadayol.