La autoestima es la base sobre la que sostenemos las diferentes áreas de nuestra vida, no solo la relación con nosotros mismos, sino la gestión con los demás o nuestro desempeño. Implica saber colocar los límites, no permitir que nos invadan, buscar el equilibrio con los otros, desarrollarnos y respetarnos. Se apoya en aquellas cosas buenas que tenemos, en nuestros valores y en nuestras fortalezas y busca lo mejor para nosotros mismos. Como la sede de nuestra autoestima es interna, no tienen realmente los demás ese poder sobre nosotros, es mirando hacia dentro la única manera que tenemos de controlarla y potenciarla. Nace desde el 'yo', es dinámica y puede crecer o disminuir tanto como queramos.

El autoconocimiento es saber mirarnos y escucharnos, tener claros nuestros puntos fuertes y débiles y mover nuestras acciones hacia buscar lo mejor para nosotros. Nadie nos va a conocer como nosotros nos conocemos a nosotros mismos y, sin este autoconocimiento, nunca lograremos tener una buena autoestima.

BUSCAR DENTRO

De la misma forma que aprendemos a andar o montar en bici, que damos clases de piano o mejoramos nuestro inglés, también podemos hacer lo mismo con nuestro amor propio y nuestra autovaloración. La autoestima es un recurso manejable, dinámico y controlable. No depende tanto del entorno o de los problemas como nosotros creemos, sino que tenemos mucha responsabilidad en cómo está. Una vez que entendemos que podemos dirigirla, podremos aprender los recursos necesarios para ello, todo desde el autoconocimiento y la valoración propia.

Si queremos mejorar nuestra autoestima a través del autoconocimiento, podemos usar los siguientes ejercicios:

1. La mochila

Cada uno de nosotros carga con una mochila en la que va introduciendo todos aquellos elementos de su vida que necesitan ser transportados a nivel emocional. Cargamos la enfermedad de nuestro padre, los problemas en el trabajo, la relación con nuestra pareja o las dificultades escolares de nuestros hijos. Sin embargo, no todo lo que llevamos encima es nuestra responsabilidad ni tenemos motivo para quererlo.

Para poder analizar nuestra mochila y eliminar lo innecesario, debemos hace dos columnas en un folio. En una pondremos todo aquello que sí es nuestra responsabilidad y sobre lo que tenemos control, y en la otra columna, todo lo ajeno, con lo que no deberíamos estar cargando. Una vez hecho eso, en la columna de lo que sí debemos tener en la mochila, hacemos una nueva separación entre lo que sí queremos y lo que no. Ahora, ¿qué es lo que debemos empezar a eliminar?

2. Lenguaje personal

La forma que tenemos de hablarnos a nosotros mismos dice mucho de cómo nos queremos o respetamos y, por tanto, de cómo nos van a querer o respetar los demás. Observa cómo son todas esas frases que formulas contra ti mismo, si hablan de culpa, de errores y de inutilidad. Un lenguaje negativo siempre tendrá consecuencias negativas en nuestra vida.

3. 'Teoría del cubo'

Cada persona puede observar su estado emocional y cómo la relación con los demás influye en él. Para ello tenemos que visualizar un cubo lleno de emociones positivas. Tenemos el poder de llenar o vaciar los cubos de los demás mediante lo que hacemos o decimos. Las demás personas tienen el mismo poder, generando en nosotros emociones positivas o vaciando nuestro cubo si no ponemos los límites necesarios.

Saber qué es todo aquello que tenemos dentro de nosotros, respetar nuestras necesidades o no permitir que los demás vacíen nuestro cubo, va a fortalecer o debilitar nuestra autoestima. Parte del conocimiento de uno mismo y es nuestra responsabilidad saber mirar para poder estar mejor. Para ello, siempre habrá algo que podamos hacer.

* Ángel Rull, psicólogo.