Un desprendimiento de rocas cortó en la madrugada de ayer la carretera que une Andorra con España, es decir, la vía que enlaza el principado con La Seo de Urgell (Lérida), cerrando así la frontera entre ambos países. Las piedras colapsaron la vía a las seis de la mañana, ocupando la carretera andorrana CG-1, que conecta con la N-145. No se registraron daños personales, pero sí algunos materiales, en un centro comercial, el Punt de Trobada, uno de los establecimientos en los que habitualmente los visitantes del principado se detienen a hacer sus compras.

A mediodía, seis horas más tarde, se logró habilitar un carril de ida y otro de vuelta, lo que supuso reabrir la conexión fronteriza, aunque de forma precaria. Al menos hasta mañana lunes solo los vehículos ligeros pueden circular por esta pequeña arteria. Los vehículos pesados y de más de dos metros de altura tendrán optar por una solución alternativa, al igual que tuvieron que hacer todos los vehículos durante las seis horas en que la carretera se mantuvo cerrada al tráfico: entrar en Andorra por el paso fronterizo francés del Pas de la Casa.

La imagen que dejó el derrumbe, vista desde arriba, impresionaba. Una lengua marrón dejó cubierta la carretera a la altura del Punt de Trobada, en el que las piedras ocasionaron algunos destrozos. Los carriles habilitados para reabrir la circulación pasan por la parte posterior del centro comercial, en el lado del complejo opuesto a la carretera.

TRES DÍAS CON UN CARRIL

Según anunció Xavier Espot, el jefe del Gobierno andorrano, se espera que a principios de semana, aunque no es seguro, se haya logrado recuperar los otros dos carriles. De esta manera, los dos carriles que ahora sirven para doble sentido se utilizarán a partir de mediados de la semana próxima para entrar en Andorra en tanto que dos nuevos carriles, que circularán por el aparcamiento del centro comercial, se destinarán a los conductores que se dirijan a La Seo de Urgell.

Espot mostró un gran interés en que se normalice la situación por el hecho de que en estas fechas el flujo de visitantes es muy alto en Andorra: «De momento hemos restablecido el tráfico, que es lo más importante. No será necesario anular las reservas de los hoteles para los próximos días». El objetivo, insistió, es «facilitar la vida a los visitantes y a los residentes, sin poner en entredicho la máxima seguridad. Nuestros turistas podrán venir a visitarnos».

Al margen de resolver los efectos del desprendimiento, habrá que analizar qué fue lo que lo causó. El Gobierno andorrano y la comarca de San Julián de Loria avisaron a la propiedad del terreno desde el que se han despeñado las rocas de que algunos anclajes debían reforzarse y ya se habían iniciado trabajos en este sentido. Así lo manifestó el cónsul mayor de San Julián de Loria, Josep Miquel Vila, que declaró que el terreno estaba siendo analizado desde julio y precisó que «no se detectó que el riesgo fuera elevado».

Los terrenos tienen los mismos propietarios que el Punt de Trobada. «Se estaban haciendo los trabajos necesarios», afirmó Vila, que consideró que lo sucedido es fruto de un accidente, aunque ya se apuntan otras causas. «Seguro que existe un factor relacionado con el mantenimiento de los anclajes», dijo.

Se espera que en una semana, una vez se compruebe que no hay riesgo de más desprendimientos, se regrese a la normalidad. Espot abrió la puerta a que se permita puntualmente la entrada desde La Seo de Urgell de autocares y autobuses, si los expertos lo consideran viable.

RÁPIDA ACTUACIÓN

Minutos antes del desprendimiento, un agente de policía que se encontraba en las inmediaciones del centro comercial Punt de Trobada desalojó a toda prisa a los trabajadores que todavía quedaban dentro de las instalaciones. El vídeo que muestra su intervención se ha hecho viral en las redes, y en el se puede ver como el hombre alerta del riesgo de desprendimiento mientras cae una fuerte lluvia torrencial.