Una vacuna contra el zika desarrollada por investigadores brasileños se mostró eficaz en las pruebas con animales para evitar que el virus pase de una embarazada a su feto, informaron ayer fuentes oficiales, según recoge Efe. Los resultados exitosos de las primeras pruebas de la vacuna desarrollada por investigadores del centro estatal brasileño de estudios en salud Instituto Evandro Chagas y la Universidad de Tejas y el Instituto Nacional de Salud de EEUU ya habían sido destacado en abril en un artículo publicado en la revista científica Nature Medicine. Entonces se informó de que la vacuna se había mostrado eficaz y segura para prevenir la infección del virus.

Pero el Instituto Evandro Chagas expresó en un comunicado divulgado ayer que nuevas pruebas en ratones y monos de laboratorio mostraron que la vacuna no solo es eficaz para prevenir la enfermedad, sino también para evitar el contagio de los fetos. «Se trata de uno de los más avanzados estudios para la oferta de una futura vacuna contra la enfermedad para proteger a mujeres y evitar que sus hijos desarrollen microcefalia y otras alteraciones neurológicas causadas por el virus», informó el Ministerio de Salud de Brasil en un comunicado.

Las pruebas preclínicas exitosas fueron realizadas simultáneamente en los laboratorios del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, de la Universidad de Tejas y de la Universidad de Washington. Según el Ministerio de Salud, las pruebas mostraron que la vacuna fue eficaz en su principal objetivo que es evitar que el virus del zika provoque microcefalia y otros problemas en los fetos de los animales infectados.

Las hembras embarazadas a las que no se les aplicó la vacuna sufrieron un aborto por la infección con el virus o dieron a luz crías que presentaban microcefalia y otras alteraciones neurológicas. Las pruebas de los científicos mostraron que el virus puede provocar esterilidad entre los machos. Entre los infectados se constató una reducción significativa de la cantidad de espermatozoides y una disminución de la capacidad de movilidad de los espermatozoides restantes, así como atrofia en el tamaño de los testículos. El Ministerio de Salud aclaró que todavía no es posible afirmar si los mismos efectos se aplican en seres humanos.

Las pruebas clínicas, es decir con humanos, serán realizadas a partir del 2019 en Río.