Los pilotos del avión indonesio siniestrado el pasado lunes solicitaron regresar al aeropuerto de origen en el vuelo anterior al fatal accidente. La última revelación apuntala las certezas sobre el mal estado del avión y plantea por qué recibió la luz verde para emprender horas después el trayecto que acabaría con la muerte de las 189 personas a bordo.

El Boeing 737MAX de la compañía Lion Air que cubría el domingo el trayecto entre Bali y Yakarta solicitó a la torre de control regresar al aeropuerto apenas cinco minutos después de despegar. Los pilotos emitieron una llamada conocida en el sector como pan-pan, inmediatamente por debajo en gravedad del mayday que se reserva para situaciones de fatalidad inminente. El comandante de un avión que en aquellos momentos se preparaba para aterrizar recibió la orden de los controladores de esperar volando en círculo sobre la zona.

El piloto de Lion Air llamó de nuevo a la torre minutos después para comunicar que había estabilizado la nave y no necesitaba regresar. «El capitán confió en que podría llegar al destino», ha aclarado Herson, director del aeropuerto de Bali, a la agencia Reuters. La nave aterrizó en Yakarta a las 22.55 (hora local) y seis horas y media después despegó de nuevo. Los dos vuelos comparten un patrón de vuelo preocupante: sufrieron el mal funcionamiento de los medidores de velocidad y altura, ejecutaron maniobras bruscas y pidieron regresar al aeropuerto a los escasos minutos de despegar. Varía el desenlace. El primero pudo aterrizar en el aeropuerto de destino; el segundo se hundió en el mar de Java a los 13 minutos.

PÉRDIDAS DE ALTURA

Los pasajeros del vuelo del domingo describieron en las televisiones locales su preocupación por los fallos del aire acondicionado y de la iluminación de cabina mientras esperaban para despegar. Las bruscas pérdidas de altura durante los primeros minutos del vuelo sumieron al pasaje en el caos y el pánico. Las lecturas erróneas de altitud y velocidad sumieron en la confusión a los pilotos y están detrás de accidentes como el hundimiento de un aparato de Air France en el océano Atlántico en el 2009. Aquella tragedia estimuló el entrenamiento de pilotos en situaciones en las que no se dan lecturas fiables.

El misterio se resolverá pronto. Las televisiones locales han mostrado esta mañana a los buzos con una de las cajas negras recuperada del lecho marino. Se desconoce aún si se trata de la que contiene los datos del vuelo o las grabaciones de cabina. Han sido necesarios cuatro días de búsqueda a pesar de la escasa profundidad de 40 metros ya que el fuerte oleaje y las corrientes en la zona entorpecieron la operación.

VÍCTIMA IDENTIFICADA

También ha sido ya identificada la primera de las 189 víctimas mortales. Se trata de Jannatun Cintya Dewi, una mujer de 24 años empleada en el Ministerio de Energía. A los forenses les espera una tarea hercúlea. El hallazgo de la mano izquierda de esa mujer permitió su identificación tras cotejar su huella dactilar con el banco de datos nacional. Los equipos de rescate han llenado 48 bolsas con los cadáveres mutilados y desfigurados de los pasajeros. El Gobierno ha pedido a sus familiares que aporten sus informes dentales y análisis de ADN. La mayor parte de los cadáveres siguen aún dentro del fuselaje en el fondo del mar.