Pese a que fue la Comunidad de Madrid la que el martes abrió el debate en torno a la posibilidad de que se decrete en España, en todo el país o en las comunidades interesadas, un toque de queda para combatir al covid, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha enfríado este miércoles esa posibilidad, al señalar que su Gobierno está estudiando cómo "ir al foco de los contagios", que según sus datos está "en las fiestas privadas y las reuniones familiares", pero dentro del ámbito de "sus competencias". Es decir, sin solicitar al Gobierno central que decrete un nuevo estado de alarma, el instrumento imprescindible para decretar un toque de queda y encerrar a ciudadanos en sus casas durante horas salvo por motivos tasados.

A su vez, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha señalado que el Gobierno regional endurecerá el control de la movilidad y la concentración de personas de media noche hasta las seis de la mañana, pero a través de una nueva orden, que su departamento está preparando y que, según la administración regional, entrará en vigor cuando el próximo sábado decaiga el actual estado de alarma, por el que se confinó Madrid capital y ocho municipios más.

A este respecto, Ayuso ha asegurado que la nueva orden recuperará las polémicas restricciones por áreas sanitarias, dado que, según los datos de la Comunidad, "han demostrado ser efectivas".